Escribe
Sebastián Lacunza
Enviado especial a España
Madrid - Mariano Rajoy supo ser mencionado como «maricomplejines» por no ser lo suficientemente duro con el Gobierno socialista. Alfredo Pérez Rubalcaba es «falso, siniestro y peligroso». A Hugo Chávez lo conocen como el «gorila rojo», y a los «indignados» del 15 de mayo, como «mugrientos» y «basura». Evo Morales mide alto en la escala de la denigración, pero nadie como José Luis Rodríguez Zapatero: «resentido», «mentiroso compulsivo», «difunto», «la mayor calamidad que ha gobernado España», «cara de lelo total», «rey de los tontos», «zaparrastroso», «un señor monstruoso», «la mayor lacra de este país», etcétera.
Los Kirchner tienen lo suyo en la prensa española. El fallecido expresidente era «el Dioni (un emblemático ladrón de un blindado) de las pampas» y, junto a su esposa, en los 70 se dedicaban a «cosas mucho más graves». «Los terroristas montoneros son los que gobiernan en la Argentina», se ha dicho, para no dejar dudas.
Estos epítetos no se cuelan en un foro de internet bajo un seudónimo vergonzante. El rosario de insultos anega a una porción significativa de los diarios de Madrid y a unas cuantas webs informativas, y se propaga a toda hora por radios y algunos canales de TV.
Hace ya décadas que medios españoles de referencia pasaron a la trinchera. En la época de Felipe González se conoció aquello del «acoso y derribo» por un sector de la prensa conservadora, mientras que el grupo Prisa, que edita El País, acompañó con pocas fisuras el largo período de gobierno del socialista sevillano. Es decir, España conoció antes que muchos lo definido por el exdirector de The New York Times Bill Keller ante la polarización mediática en torno a Barack Obama: «La gente cree estar plenamente informada sin haberse aproximado siquiera a una sola idea que contradiga sus prejuicios».
Exabruptos
El periodista José María Izquierdo, que ocupó diversos cargos en medios del grupo Prisa, publicó en octubre el libro «Las mil frases más feroces de la derecha de la caverna», en el que recopila centenares de exabruptos proferidos, sobre todo, en los diarios La Razón (Grupo Planeta, TV Antena 3, radio Onda Cero), ABC (Grupo Vocento, diarios regionales, Radio ABCpunto), El Mundo y La Gaceta (grupo Intereconomía, radio y TV); en la radio Es.Radio y en el canal TeleMadrid.
El periodista insignia de los bravos de la palabra se llama Federico Jiménez Losantos, quien condujo la década pasada el horario matutino central de la radio de la Conferencia Episcopal, Cadena Cope, segunda en audiencia, y ahora es columnista de El Mundo y tiene su propia emisora, Es.Radio.
Los estiletazos se renuevan a diario. La Razón ilustraba ayer una foto de un operario arrojándole un chorro de agua a uno de los «indignados» de Wall Street, con el título «Basura» seguido de un texto no muy sutil que equiparaba a un ser humano con los desperdicios del parque Zuccotti.
No se trata sólo de adjetivos dichos al paso. Este sector de la prensa ha machacado durante años, contra toda prueba judicial, con que el atentado islamista contra trenes del 11 de marzo de 2004 tuvo una pata local en el terrorismo vasco. Todo atisbo de relación con los sectores independentistas vascos es sinónimo de pactar con ETA, así como toda política tendiente a echar luz sobre el franquismo -ni hablar de entablar causas judiciales- merece una acusación de revanchismo.
Afinidad
Mariano Rajoy, como queda visto con el despectivo «maricomplejines», no ha satisfecho enteramente al sector más extremo de la derecha mediática, que se identifica sobre todo con la presidenta de la Comunidad (provincia) de Madrid, Esperanza Aguirre, y detesta al alcalde de Madrid, el centrista Alberto Ruiz Gallardón.«Hay que entender que las derechas españolas liberal y extrema coinciden en el mismo partido. De allí se desprende una línea de medios muy hostigante, con más afinidad con Esperanza Aguirre, como la de El Mundo, y otra más clásica, como la de ABC-Vocento», explica a Ámbito Financiero Ramón Zallo, docente de Comunicación Audiovisual de la Universidad del País Vasco especializado en el negocio informativo.
El ascenso de los grupos políticos ha venido acompañado en la democracia española por conglomerados mediáticos afines. Sobre el período que encarará Rajoy, Zallo matiza que ahora «el negocio de la prensa es bastante ruinoso, no creo que haya un capital disponible para ello.
En la TV ya están repartidos los roles, son afines a la familia conservadora. Probablemente se dé una pérdida creciente del poder de Radio Televisión Española y de los canales regionales». Al respecto, un mérito que le reconocen a Zapatero incluso muchos críticos es que transformó el canal y la radio estatales en medios públicos no gubernamentales, al contrario que sus predecesores José María Aznar y González.La estructura de propiedad de la TV marca que Mediaset, de Silvio Berlusconi, maneja los canales Telecinco y Cuatro, en tanto que La Sexta (Mediapro, Televisa) está «en un proceso de noviazgo» con Antena 3 (Planeta).Otro capítulo es qué ocurrirá con el grupo Prisa, que a causa de una severísima crisis financiera vendió Cuatro a Berlusconi y estaría sufriendo presiones del fondo Liberty para que se deshaga de la Cadena Ser, la emisora líder. Zallo recuerda que Prisa malogró su relación con Zapatero cuando perdió parte del negocio del fútbol a manos de Mediapro, un grupo catalán afín al saliente mandatario socialista.
El catedrático de la universidad vasca aclara que no hay en España una alta concentración en la propiedad de los medios. «Hay una variedad de empresas que producen periódicos, no se puede decir que haya una concentración importante, pero sí bastante control de opiniones y de planteamientos editoriales».La variedad a la que alude Sallo se expresa en Madrid en una decena de diarios.
Por orden de ventas, El País (socialdemócrata), El Mundo (derecha liberal), ABC (derecha conservadora), La Razón (derecha nacionalista), Público (centroizquierda, de Mediapro), La Gaceta (derecha dura), Expansión (económico, de El Mundo), El Economista y Cinco Días (económico, de grupo de El País). A su vez, hay periódicos de gran difusión en Cataluña (La Vanguardia -catalanista de centroderecha- y El Periódico -centroizquierda-), El Correo Vasco (centro, del grupo de ABC) y La Voz de Galicia (centroderecha).
Sebastián Lacunza
Enviado especial a España
Madrid - Mariano Rajoy supo ser mencionado como «maricomplejines» por no ser lo suficientemente duro con el Gobierno socialista. Alfredo Pérez Rubalcaba es «falso, siniestro y peligroso». A Hugo Chávez lo conocen como el «gorila rojo», y a los «indignados» del 15 de mayo, como «mugrientos» y «basura». Evo Morales mide alto en la escala de la denigración, pero nadie como José Luis Rodríguez Zapatero: «resentido», «mentiroso compulsivo», «difunto», «la mayor calamidad que ha gobernado España», «cara de lelo total», «rey de los tontos», «zaparrastroso», «un señor monstruoso», «la mayor lacra de este país», etcétera.
Los Kirchner tienen lo suyo en la prensa española. El fallecido expresidente era «el Dioni (un emblemático ladrón de un blindado) de las pampas» y, junto a su esposa, en los 70 se dedicaban a «cosas mucho más graves». «Los terroristas montoneros son los que gobiernan en la Argentina», se ha dicho, para no dejar dudas.
Estos epítetos no se cuelan en un foro de internet bajo un seudónimo vergonzante. El rosario de insultos anega a una porción significativa de los diarios de Madrid y a unas cuantas webs informativas, y se propaga a toda hora por radios y algunos canales de TV.
Hace ya décadas que medios españoles de referencia pasaron a la trinchera. En la época de Felipe González se conoció aquello del «acoso y derribo» por un sector de la prensa conservadora, mientras que el grupo Prisa, que edita El País, acompañó con pocas fisuras el largo período de gobierno del socialista sevillano. Es decir, España conoció antes que muchos lo definido por el exdirector de The New York Times Bill Keller ante la polarización mediática en torno a Barack Obama: «La gente cree estar plenamente informada sin haberse aproximado siquiera a una sola idea que contradiga sus prejuicios».
Exabruptos
El periodista José María Izquierdo, que ocupó diversos cargos en medios del grupo Prisa, publicó en octubre el libro «Las mil frases más feroces de la derecha de la caverna», en el que recopila centenares de exabruptos proferidos, sobre todo, en los diarios La Razón (Grupo Planeta, TV Antena 3, radio Onda Cero), ABC (Grupo Vocento, diarios regionales, Radio ABCpunto), El Mundo y La Gaceta (grupo Intereconomía, radio y TV); en la radio Es.Radio y en el canal TeleMadrid.
El periodista insignia de los bravos de la palabra se llama Federico Jiménez Losantos, quien condujo la década pasada el horario matutino central de la radio de la Conferencia Episcopal, Cadena Cope, segunda en audiencia, y ahora es columnista de El Mundo y tiene su propia emisora, Es.Radio.
Los estiletazos se renuevan a diario. La Razón ilustraba ayer una foto de un operario arrojándole un chorro de agua a uno de los «indignados» de Wall Street, con el título «Basura» seguido de un texto no muy sutil que equiparaba a un ser humano con los desperdicios del parque Zuccotti.
No se trata sólo de adjetivos dichos al paso. Este sector de la prensa ha machacado durante años, contra toda prueba judicial, con que el atentado islamista contra trenes del 11 de marzo de 2004 tuvo una pata local en el terrorismo vasco. Todo atisbo de relación con los sectores independentistas vascos es sinónimo de pactar con ETA, así como toda política tendiente a echar luz sobre el franquismo -ni hablar de entablar causas judiciales- merece una acusación de revanchismo.
Afinidad
Mariano Rajoy, como queda visto con el despectivo «maricomplejines», no ha satisfecho enteramente al sector más extremo de la derecha mediática, que se identifica sobre todo con la presidenta de la Comunidad (provincia) de Madrid, Esperanza Aguirre, y detesta al alcalde de Madrid, el centrista Alberto Ruiz Gallardón.«Hay que entender que las derechas españolas liberal y extrema coinciden en el mismo partido. De allí se desprende una línea de medios muy hostigante, con más afinidad con Esperanza Aguirre, como la de El Mundo, y otra más clásica, como la de ABC-Vocento», explica a Ámbito Financiero Ramón Zallo, docente de Comunicación Audiovisual de la Universidad del País Vasco especializado en el negocio informativo.
El ascenso de los grupos políticos ha venido acompañado en la democracia española por conglomerados mediáticos afines. Sobre el período que encarará Rajoy, Zallo matiza que ahora «el negocio de la prensa es bastante ruinoso, no creo que haya un capital disponible para ello.
En la TV ya están repartidos los roles, son afines a la familia conservadora. Probablemente se dé una pérdida creciente del poder de Radio Televisión Española y de los canales regionales». Al respecto, un mérito que le reconocen a Zapatero incluso muchos críticos es que transformó el canal y la radio estatales en medios públicos no gubernamentales, al contrario que sus predecesores José María Aznar y González.La estructura de propiedad de la TV marca que Mediaset, de Silvio Berlusconi, maneja los canales Telecinco y Cuatro, en tanto que La Sexta (Mediapro, Televisa) está «en un proceso de noviazgo» con Antena 3 (Planeta).Otro capítulo es qué ocurrirá con el grupo Prisa, que a causa de una severísima crisis financiera vendió Cuatro a Berlusconi y estaría sufriendo presiones del fondo Liberty para que se deshaga de la Cadena Ser, la emisora líder. Zallo recuerda que Prisa malogró su relación con Zapatero cuando perdió parte del negocio del fútbol a manos de Mediapro, un grupo catalán afín al saliente mandatario socialista.
El catedrático de la universidad vasca aclara que no hay en España una alta concentración en la propiedad de los medios. «Hay una variedad de empresas que producen periódicos, no se puede decir que haya una concentración importante, pero sí bastante control de opiniones y de planteamientos editoriales».La variedad a la que alude Sallo se expresa en Madrid en una decena de diarios.
Por orden de ventas, El País (socialdemócrata), El Mundo (derecha liberal), ABC (derecha conservadora), La Razón (derecha nacionalista), Público (centroizquierda, de Mediapro), La Gaceta (derecha dura), Expansión (económico, de El Mundo), El Economista y Cinco Días (económico, de grupo de El País). A su vez, hay periódicos de gran difusión en Cataluña (La Vanguardia -catalanista de centroderecha- y El Periódico -centroizquierda-), El Correo Vasco (centro, del grupo de ABC) y La Voz de Galicia (centroderecha).
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