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Mostrando las entradas de septiembre, 2016

Templanza frente a los señores de la guerra

Sebastián Lacunza Editor en jefe del Buenos Aires Herald No existen recetas universales para superar un conflicto armado, y menos todavía para el que asoló la vida de millones de colombianos durante medio siglo, único por varios aspectos: su extensión en tiempo y espacio, su mutación desde la irrupción del negocio del narcotráfico, el vínculo obsceno entre instituciones de la democracia y paramilitares, la crueldad infinita de la guerrilla contra desamparados y las masivas violaciones a los derechos humanos perpetradas por el Estado; hasta ayer nomás, incluido el gobierno del que el presidente Juan Manuel Santos fue ministro de Defensa. En el escenario principal de la política de Colombia hay señores de la guerra para quienes la prolongación del statu quo es un negocio, en dos planos. Uno político, porque azuzar un miedo con bases sólidas y agitar fantasmas permite cosechar votos, y otro económico, porque la doctrina de la mano dura abre puertas a vender consultorías y fomenta

The Malvinas deal

Argentina’s sovereignty claim is a just cause President Muricio Macri’s ride on a regular bus through dirt roads in the Buenos Aires district of Pilar on Thursday prompted controversy when photographs of what looked like a publicity stunt involving patrol cars, bodyguards and props were released by the website La Letra P. Macri’s bus ride, immediately upon his return from the United Nations General Assembly in New York. By Sebastián Lacunza  Editor-in-Chief A diplomatic policy in which a president corrects his foreign minister and vice versa is nothing new for the Mauricio Macri presidency. Already around December, his baby steps in foreign policy took the form of announcing that he would request the application of Mercosur’s “democratic clause” against the Venezuelan government of Nicolás Maduro, an extreme which met with no consensus in the region and which led the then recently appointed Foreign Minister, Susana Malcorra, to try and tone down the rh

A crossroad lies ahead

The Herald has lived difficult yet interesting times By Sebastián Lacunza Editor-in-Chief With all the technological changes and the crisis in the industry, some might venture to say that, as with the traditional media, journalists are an endangered species. On the other hand, there are those who envision an unprecedented age of informational democracy on a digital basis with an accompanying exponential multiplication of audiences and sources. For over a decade there has been a pronounced dispersion in the routine of gathering information. Audiences and readerships have scattered in the search for free content on the Web, where it is available in abundance although all too often it is banal or directly misinformation. That is why the pessimists believe that the change is irreversible or that the profession will have to transform itself so much as to become unrecognizable. And even the optimists admit to having no clear business model to make the presumed multiplicity

Playing with fire on the TV screen

    Media stars and — even much worse — security minister encourage trigger-happy behaviour   By  Sebastián Lacunza Editor-in-Chief The details are still not clear. According to Dr. Lino Villar Cataldo, last Friday August 26, after he had finished attending to patients at his surgery in Lomar Hermosa, San Martín district, a criminal attacked him just when he was about to leave in his Toyota Corolla car, dragging him out by his hair. Again according to the 61-year-old surgeon, the thief almost ran him over but had problems starting the car. This gave him the opportunity to grab a gun he owned and kill Ricardo Krabler (aged 24) with fours shots (from a short distance, the forensic experts specified). Since then Villar Cataldo has been charged with aggravated homicide using a firearm while his lawyer claims that it is a case of “legitimate self-defence.” The prosecutor has her doubts about the doctor’s story but did not object to his being exempted from imprisonment on hea

A cara lavada

Sebastián Lacunza Buenos Aires Herald En una democracia, que un colectivo de personalidades (empresarios, políticos, intelectuales, lobistas, periodistas, abogados, operadores de Inteligencia) firme un texto para demandar la remoción de un juez es algo legítimo. Los jueces son funcionarios públicos que gozan de privilegios y garantías constitucionales. Si los cuestionamientos son ásperos e injustos, los magistrados deben tener templanza para no alterar su supuesta ecuanimidad y responder ante la opinión pública. El exjuez de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni definió el marco en 2012, ante lo que llamó “alegatos de oreja” y “presión mediática” en casos de “trascendencia pública”. “Son accidentes propios de la profesión. El juez tiene inamovilidad. Los políticos pasan y los jueces quedan”. Otro asunto son los argumentos expresados y los intereses que se traslucen de parte de los firmantes de una solicitada, que pueden ser válidos o abyectos. El jueves pasado salió a la luz un text

Jugando con fuego por la tele

Sebastián Lacunza Buenos Aires Herald El hecho no está claro. El relato del médico Lino Villar Cataldo es que el viernes 26 de agosto, al terminar de atender en su consultorio de Lomar Hermosa, partido de Tres de Febrero, un delincuente lo atacó en el momento en que se disponía a partir en su automóvil Toyota Corolla. El ladrón lo habría sacado de los pelos del auto. Según Cataldo, un cirujano de 61 años, el delincuente casi lo atropella cuando al parecer tuvo dificultades para mover el vehículo. Ello le dio oportunidad al médico para tomar un arma de su propiedad y matar de cuatro disparos a Ricardo Krabler, de 24 años (según los peritos, efectuados a corta distancia). Desde entonces, Villar Cataldo está imputado por homicidio agravado por el uso de arma, mientras que su defensa clama que se trató de “legítima defensa”. La fiscal que interviene manifestó dudas sobre el relato del médico, aunque no se opuso a su excarcelación por razones de salud. Un hecho más de

Brazil in the grip of unseen powers

By Sebastián Lacunza Editor-in-Chief As in many democracies regained after a pact with the outgoing dictatorship, Brazil’s political life has been held in the grip of powerful interest groups. As happens in any democracy but slightly more in this case. The Workers’ Party (PT) tried but could not advance in its efforts to take the crimes committed during 21 years of military rule to court. By 2014 Dilma Rousseff had managed to make public a valuable report produced by the Truth Commission but Brazil is still a country where the military top brass can unabashedly defy and threaten the elected government. In periods of the electoral campaign, Lula da Silva and Dilma Rousseff encouraged the idea of approving a media law based on anti-monopolistic principles, like those passed in Argentina (2009) and Uruguay (2014). That was not possible either. Even at its peak, the PT controlled only 20 percent of the Chamber of Deputies.

Una democracia atenazada

By Sebastián Lacunza Como muchas de las democracias que se recuperan previo pacto con los dictadores, la de Brasil ha sido una vida política atenazada por poderes fácticos. El Partido de los Trabajadores trató y no pudo avanzar en el juzgamiento de los crímenes cometidos durante los 21 años de los militares en el poder. Dilma Rousseff alcanzó a hacer público en 2014 un valioso informe producido por la Comisión de la Verdad, pero Brasil es todavía un país en el que los jefes militares se plantan y amenazan con desparpajo a los gobernantes electos. En períodos de campaña electoral, Lula da Silva y Rousseff animaron la idea de aprobar una ley de medios con principios anticoncentración, como las sancionadas en Argentina (2009) y en Uruguay (2014). Nunca fue posible. Aún en sus mejores épocas, el PT controló sólo un 20 por ciento de la Cámara de Diputados. En Brasil, hay decenas de canales de TV, radios y diarios en manos de políticos, con derechistas del partido heredero de la dictad