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Mostrando las entradas de octubre, 2016

Pensar el Periodismo

En su primera parte, el libro consiste en un ensayo sobre el momento de los medios y el periodismo en la Argentina, confrontado con el espejo de otros países de la región y el mundo desarrollado. La crisis de rentabilidad, la nueva superliga de los medios: corporaciones y c ontratistas, el supuesto fin de la era del papel, la especulación como síntoma, políticas proconcentración y fallidas promesas de "democratización". La libertad de expresión en riesgo en la era de las redes.  Pensar e l Perdiodismo incluye entrevistas en profundidad a once editores y redactores. Por orden alfabético, Hugo Alconada Mon, Julio Blanck, Luis Bruschtein, Gustavo Cirelli, Jorge Fontevecchia, Gustavo González, Carlos Guyot, Facundo Landívar, Carlos Reymundo Roberts, María Seoane y Jorge Sigal.  Estos son algunos de sus textuales. Su autoría, a veces, no es la que parece. "Hay riesgos que el gobierno no ve o no entiende". "No me golpearon la puerta para pedi

El final de un diario

Con indescriptible tristeza, el Herald encuentra un punto final en tanto único diario escrito en inglés de América Latina, tras 140 años en la calle. Hemos transitado un largo camino desde nuestros humildes orígenes como un periódico de una sola página. Muchas cosas han cambiado en estas décadas y, en los últimos tiempos, el Herald ha atravesado severas dificultades. Si bien fue anunciada la continuidad con periodicidad semanal, sería necio negar que semejante cambio nos duele, a la vez que refleja, en cierta manera, la crisis de la industria de los diarios. Por un lado, la prensa experimenta dificultades en todo el mundo. Los diarios enfrentan recortes y operaciones de cirugía mayor mientras los lectores migran hacia los medios digitales, lo que deriva en caídas en la circulación y de avisos publicitarios. Por el otro, las audiencias — sobre todo los jóvenes — que leen y miran las noticias a través de sus smartphones o computadoras, lo hacen, por lo general, en forma gratuita.

At the end of the day

It is with unspeakable sadness that we print our last edition today as the only English-language daily newspaper in Latin America, ending the Buenos Aires Herald’s 140-year run. We have come a long way from our humble beginnings as a single-sheet and many things have changed. The Herald has been facing difficulties for a while now and though our future incarnation has been painted as a new challenge and an exciting offering to the market, it would be foolish to deny that such a dramatic change comes at a huge cost, or that it also reflects a media industry in crisis. On the one hand, print media is suffering worldwide. Newspapers are facing reductions in staff and resources and major surgery as readers shift and migrate to digital media, drastically cutting circulation and advertising revenue. On the other, much of the public, especially younger people, are reading or watching the news on their smartphones or computers, often via social networks and — most importantly — for free

Crime time

By Sebastián Lacunza Editor-in-Chief @sebalacunza   Minister Bullrich defined the main lines of her policy and pointed out: “The Buenos Aires provincial police have enormous problems.” The Mauricio Macri administration says that now it has managed to halve an annual inflation of 45 percent — in other words, lower it to the levels below the December devaluation — the main concern of the citizenry has again become law and order. And to fight crime, which naturally tends to grow in a context of greater poverty and inequality, the Mauricio Macri presidency appeals to its magic recipe: harsher punishments, ringing slogans and the involvement of the Armed Forces. In an American Club talk to business representatives, penal lawyers and court and government officials, Security Minister Patricia Bullrich described her handling of the problem as “free of ideological prejudices” while not refraining from giving her own version of why crime has regained ground in news segm

La hora de la mano dura

Escribe Sebastián Lacunza Buenos Aires Herald El gobierno de Mauricio Macri dice que, como logró bajar la inflación del 45 por ciento anual a menos de la mitad — es decir, el nivel aproximado al que había antes de la devaluación de diciembre —, la preocupación principal de los ciudadanos volvió a ser la seguridad. Y para combatir el delito, que naturalmente tiende a crecer en un contexto de mayor pobreza y desigualdad, la presidencia de Mauricio Macri apela a la receta mágica: penas más severas, consignas de alto voltaje e involucramiento de las Fuerzas Armadas. En una conferencia dada el jueves en el Club Americano ante representantes de empresas, abogados penalistas y funcionarios judiciales y gubernamentales, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ilustró su gestión “sin prejuicios ideológicos”, no sin dar su versión de acerca de por qué el delito regresó a ocupar segmentos de los noticieros: “El Presidente nos decía: ahora que bajamos la inflación, les toca a ustedes

A subtle version of media manipulation

Macri’s gov’t combines market concentration with biased state advertising policy  By Sebastián Lacunza Editor-in-Chief The idea that the Kirchners’ governments made an abusive use of state advertising is almost beyond discussion. Both presidents directed mountains of public funds to close tycoons (more than ideological, ties were commercial) without any reasonable criteria or control. They could have created a more diversified market even in an unorthodox way but they failed. The amounts of money handed by the Kirchners administrations evaporated in the hands of fugitive businessmen. Others, as the presidential change took place last December, rushed negotiations to offer their loyalty to their new backer — Mauricio Macri. The advertising policy was absurd even from a pragmatic point of view in a framework where the government needed to face the opposition held by the powerful Clarín Group. Even if the previous government managed to expand the diversiy of voices for a while, it ac

Libertad de prensa (versión Macri)

Sebastián Lacunza Buenos Aires Herald Si hay algo que no genera mayor debate es que los gobiernos de los Kirchner hicieron un uso abusivo de la publicidad oficial. Volcaron una montaña de fondos públicos a empresarios afines (más que en lo ideológico, en lo comercial), sin criterio ni control, algo que ni siquiera sirvió para construir un mercado más diversificado por una vía poco ortodoxa. Parte del dinero de la publicidad oficial kirchnerista se evaporó en manos de fugitivos. Algunos, en cuanto se produjo el recambio presidencial de diciembre pasado, fueron raudos a ofrecer su lealtad al nuevo proveedor de fondos: Mauricio Macri. Una política absurda incluso desde el punto de vista pragmático ante la necesidad del gobierno de CFK de contrarrestar el discurso opositor del poderoso Clarín. Ni siquiera logró coherencia, porque si bien se amplió el arco de voces por un tiempo, el Ejecutivo precedente llegó a asociarse a periodistas y medios de discurso casi fascista que sólo le gara