Ir al contenido principal

Pensar el Periodismo



En su primera parte, el libro consiste en un ensayo sobre el momento de los medios y el periodismo en la Argentina, confrontado con el espejo de otros países de la región y el mundo desarrollado. La crisis de rentabilidad, la nueva superliga de los medios: corporaciones y contratistas, el supuesto fin de la era del papel, la especulación como síntoma, políticas proconcentración y fallidas promesas de "democratización". La libertad de expresión en riesgo en la era de las redes. 

Pensar el Perdiodismo incluye entrevistas en profundidad a once editores y redactores. Por orden alfabético, Hugo Alconada Mon, Julio Blanck, Luis Bruschtein, Gustavo Cirelli, Jorge Fontevecchia, Gustavo González, Carlos Guyot, Facundo Landívar, Carlos Reymundo Roberts, María Seoane y Jorge Sigal. 

Estos son algunos de sus textuales. Su autoría, a veces, no es la que parece.

  • "Hay riesgos que el gobierno no ve o no entiende".
  • "No me golpearon la puerta para pedir más libertad". 
  • "Me sorprende la ligereza de Clarín; está defendiendo miles de millones de pesos". 
  • "En esto, todos somos instrumentos de otros". 
  • "No creo en la visión anglosajona del periodismo". 
  • "Se paga un precio por predisponer mal a la audiencia".
  • "No queremos ni nos conviene cerrarnos".
  • "En Clarín se angostó la posibilidad de pensar distinto". 
  • "No hay forma de que la tapa sea un significante del significado de la nota".
  • "Clarín no es un diario que tenga miedo".
  • "Alguien los habrá traído".
  • "No veíamos un defecto en actuar en espejo con Clarín". 
  • “La ley quedó en medio de la impericia de funcionarios y la resistencia brutal del poder económico”.
  • "No estamos encontrando un reemplazo para la vaca lechera de la prensa gráfica; eso es lo apasionante pero también lo angustiante". 
  • “La necesidad obliga a utilizar herramientas excepcionales”.
  • Una democracia donde solamente se escucha una voz en los medios no es democracia”.
  • "En La Nación no hay división entre liberales y conservadores". 
  • "Me gratifica animarme a ofender al poder". 
  • "No perdimos un solo lector en este viaje". 
  • "Sobre Página muchas veces digo: 'no estoy de acuerdo pero qué bien está esto; Horacio resolvió esto con inteligencia, pícaro'".



Dos textos generosos extraídos del prólogo de Cecilia González y de la contra de Martín Sivak explican un poco más.

Cecilia:
           Lacunza disecciona en estas páginas los retos de forma y fondo de la prensa argentina. De la transformación multimedia a los desafíos de obtener ganancias en un mercado en el que el público se acostumbró a la gratuidad de la información. Lo hace desde una mirada global, con el valioso contexto de lo que ocurre en otras partes del mundo. Dimensiona.
El principal aporte es que este trabajo no es un monólogo teórico ni de dedo acusador. Lacunza recorre las redacciones de los principales periódicos del país para pensar el periodismo argentino a través de un diálogo coral. Sus preguntas son cordiales, pero incómodas, sin concesiones, sin afán de protagonismo, sin acusaciones. No se quiere pelear, sólo quiere saber. Practica un periodismo básico ya poco visto en una Argentina habituada a periodistas mediáticos reconvertidos en personajes que gritan, agreden, acusan, interrumpen y no escuchan a sus interlocutores. 

Martín. 
En la posguerra del largo y extenuante conflicto (sin bajas) entre el Grupo Clarín y el matrimonio Kirchner, Sebastián Lacunza describe sabiamente la escasa rentabilidad de la industria de los medios de comunicación, la perdida de credibilidad de grandes y pequeños jugadores, y la aún pendiente desconcentración en el nuevo tiempo político inaugurado por la presidencia Macri. 
            Con punzantes y muy bien pensadas preguntas y repreguntas, Lacunza conversa con importantes periodistas y editores de la prensa gráfica para entender procedimientos, percepciones e incertidumbres de las redacciones, ese mundo aún desconocido para el gran público. 
Más que los abogados y los enfermeros, los periodistas deben administrar la siempre crisis final de su profesión –y el deterioro de sus condiciones de vida-, los conflictos de sus patrones (que pueden transformarse en propios) y las mutaciones del oficio en la era de las pantallas múltiples. Este libro es, también, un libro sobre esa odisea.

Pensar el periodismo. Ediciones B, Buenos Aires (2016).

Entradas más populares de este blog

De Víctor Hugo a los relatores que insultan

Unos tipos con micrófono que insultan más que un hincha desbordado son presentados en las webs y en la tele como apasionados que causan gracia. Antes que ocurrentes espontáneos son, en realidad, violentos equiparables con barrabravas.  Es una paradoja que ello ocurra en el Río de la Plata, donde nacieron los mejores relatores de fútbol del mundo. Entre ellos, el mejor, Víctor Hugo.  El jugador sublime tuvo al relator sublime. Por su universo de palabras y sus tonos de voz, por sus creaciones artísticas; por su capacidad para leer la jugada y por la precisión de la narración. Casi no aparecen ahora los diálogos que VH presumía entre jugadores o con el árbitro, o el "que sea, que sea, que sea". Pervive el "ta ta ta" y el "no quieran saber".  Contemporáneos de Víctor Hugo, hubo y hay relatores brillantes (soy injusto y nombro seis: Juan Carlos Morales, José María Mansilla, José Gabriel Carbajal, el primer Walter Saavedra y el mejor relator argentino que esc...

El holandés, según Ivonne Bordelois

Entrevisté para Ámbito Premium a Ivonne Bordelois, en el marco de una serie de notas sobre "el habla de los argentinos". Como no es tan accesible en la web, acá la copio. Y como esto es un blog, una foto informal. Sebastián Lacunza Ivonne Bordelois, amante de las palabras, tuvo los diálogos más profundos y reveladores de su vida en una lengua cuyo recuerdo le causa hasta fastidio. En un momento crítico, no se metió en las profundidades de su inconsciente en español, el idioma de su vida; ni en el inglés con el que se había divertido años tomando cervezas con sus amigos negros en un suburbio de Boston; ni en el francés de su infancia, en un campo de la pampa bonaerense. Tampoco en italiano ni en portugués, lenguas casi propias para esta escritora que ha sacudido la conciencia del habla de los argentinos en la última década. En los comienzos de los ’90, con la jubilación a la vista al cabo de 13 años de dar clases en Utrecht, Holanda, Bordelois se encontró “sin rumbo”, an...

Orgullo y prejuicio del habla rioplatense

Sebastiàn Lacunza Resulta que en el extremo sur del mundo hay un extenso territorio poco poblado, y que antes de ser país fue, al menos durante un par de siglos, bastante ninguneado por el imperio. Que desde los preparativos de su independencia, gran parte de sus intelectuales y dirigentes creyeron tener alma francesa o inglesa, jamás española. Pero más tarde, ese país recibió una gringada inconmensurable, ante lo que otra elite buscó refugio de identidad en la antes despreciada España. Hay más. Ese extraño país negó sus rasgos indígenas hasta donde pudo y fue variando a lo largo de las décadas sus complejos en relación a Europa y, la novedad, Estados Unidos . A la hora de pintar su carácter, muchos coinciden en que esta tierra es, por un lado, bastante tilinga, y por el otro, alberga una creatividad explosiva, que juega y seduce con su habla. Por todo ello y mucho más es que la variante del español que se habla en Argentina adquiere particularidades tan distintivas en cuanto a su ento...