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El final de un diario

Con indescriptible tristeza, el Herald encuentra un punto final en tanto único diario escrito en inglés de América Latina, tras 140 años en la calle.
Hemos transitado un largo camino desde nuestros humildes orígenes como un periódico de una sola página. Muchas cosas han cambiado en estas décadas y, en los últimos tiempos, el Herald ha atravesado severas dificultades. Si bien fue anunciada la continuidad con periodicidad semanal, sería necio negar que semejante cambio nos duele, a la vez que refleja, en cierta manera, la crisis de la industria de los diarios.
Por un lado, la prensa experimenta dificultades en todo el mundo. Los diarios enfrentan recortes y operaciones de cirugía mayor mientras los lectores migran hacia los medios digitales, lo que deriva en caídas en la circulación y de avisos publicitarios. Por el otro, las audiencias — sobre todo los jóvenes — que leen y miran las noticias a través de sus smartphones o computadoras, lo hacen, por lo general, en forma gratuita.
La crisis en los medios es un fenómeno mundial, pero es particularmente cierta en el paisaje mediático argentino, donde las modificaciones en la forma de distribución de la pauta publicitaria oficial y la recesión exacerban estos cambios. Los sindicatos calculan que unos 2.000 periodistas argentinos se habrían quedado sin trabajo en lo que va del 2016, un número impactante que le hará mucho daño a la profesión.
Pero además debemos puntualizar que el Herald ha enfrentado sus propios desafíos en medio de una polarización mediática insana. El escenario en el que nos encontramos hoy, de acuerdo a la visión del accionista mayoritario — el Grupo Indalo —, torna inviable continuar con la edición diaria. Al mismo tiempo, somos los primeros en confiar en que hay un público ahí afuera — es decir, en el mundo — que reclama una prensa no sesgada. Creemos que los hechos todavía importan. Si el Herald mantiene una singular reputación en América Latina como medio de habla inglesa, mucho mejor para encontrar un lugar en el mercado, sea como diario, semanario o sitio online.
Blanco sobre negro
En estos días, se ha escrito mucho en otros medios y en internet sobre nosotros. Queremos dejar las cosas en claro.
El miércoles pasado, la empresa propietaria — el Grupo Indalo — nos informó que nos convertiríamos en una publicación semanal. Tres días después, el sábado, aparecieron avisos en el diario que anunciaban la nueva era por venir, y nosotros decidimos publicar ayer una nota breve dirigida a nuestros lectores en la página 3, con información que aquí ampliamos.
Al día siguiente de enterarnos sobre los cambios fundamentales en la publicación, la gran mayoría de nuestros colegas de la redacción fueron informados de que perderían su empleo, lo que ocupó, lógicamente, nuestra mayor atención desde entonces.
El camino por venir
Debemos reiterar — como tantas veces en estas páginas — que la libertad de expresión es un bien social con muchas aristas: una empresa u organización que entienda la misión, los valores, la historia y a los lectores de una publicación, pero también un Estado que no ignore su deber como garante del pluralismo (algo no siempre presente por el mero hecho de tener un gobierno electo; a veces, tanto las políticas populistas de izquierda como las promercado pueden concluir en realidades parecidas en cuanto al ecosistema de la comunicación). Más allá de si cabe responsabilizar al sector público o privado, la concentración de medios en pocas manos conspira siempre contra el derecho a la información. Las nuevas tecnologías pueden ser una oportunidad para salvar la diversidad, pero también pueden profundizar la condena. La cultura digital exige una estrategia empresarial innovadora, seria y de largo plazo. También un gobierno dispuesto a proteger la multiplicidad de voces.
Para la mayoría de quienes se han tomado el tiempo de llegar hasta acá, no hace falta abundar sobre nuestra historia ni dar muchos detalles sobre nuestra época más gloriosa, durante la dictadura militar. Bajo el formato que fuere, mantendremos los pilares que siempre ha sostenido este diario: la diversidad de culturas e ideas, el respeto por las elecciones individuales, la defensa de los derechos humanos y la condena a quienes los infringen. No se trata de reflejar un solo punto de vista sino una multiplicidad de ellos. Es la verdadera demostración de la democracia en acción.
Thank you
En este punto del editorial y nuestra existencia como publicación diaria, mencionaremos a dos grupos clave.
Queremos agradecer a los lectores fieles que nos han acompañado todos los días, a menudo durante décadas. Lectores diversos y críticos. Muchos de ellos sienten un gran afecto por el Herald, tal como lo han expresado permanentemente a través de llamadas telefónicas, correos electrónicos y reuniones personales. Varios nos han llamado en los últimos días para expresar su solidaridad, respeto y agradecimiento. Les manifestamos los mismos sentimientos. Sencillamente no podríamos haberlo hecho sin ustedes.
Nuestras últimas palabras son para los colegas que han expresado nuestros valores a través de los años. Catorce de ellos dejan la redacción hoy. Han escrito, diagramado y corregido páginas clave de nuestra historia.

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