Ollanta Humala recibió anoche en el hotel donde se hospedaba a su exrival Keiko Fujimori. Al cierre de esta edición, el presidente electo no había realizado grandes declaraciones a la prensa. |
Enviado especial a Perú
Lima - La medida de cuánto creen los principales actores del mercado la promesa de Ollanta Humala de que mantendrá el rumbo central de la economía peruana la dio ayer el cierre anticipado, a las 12.45, de la Bolsa de Lima. La plaza local cayó el 12,51% tras una suspensión de la rueda por dos horas, ensayada infructuosamente, luego de la apertura, para que los operadores se calmen.
A primera hora de ayer, la Oficina Nacional de Procesos Electorales publicó números con más del 90% del escrutinio que ratificaron la ventaja del exmilitar nacionalista de centroizquierda por el 51,4% contra el 48,6% de la conservadora Keiko Fujimori, en línea con lo que habían anticipado el domingo los conteos rápidos de las consultoras.
Ante esta realidad, la Bolsa sufrió la peor caída de su historia, con picos negativos de más del 20% en las cotizaciones mineras, y también se registró presión sobre la moneda local, el sol, que se devaluó el 1,16%.
La novedad política surgió con el tardío reconocimiento de la derrota por parte de Fujimori, quien se trasladó al hotel Los Delfines a felicitar al ganador. Ambos cerraron con un apretón de manos la campaña sucia que guió la segunda vuelta electoral.
Humala y su entorno más próximo mantuvieron durante gran parte del día un juego de silencios más que de palabras. Sólo hubo declaraciones genéricas para reducir el pánico, y uno de los principales referentes del presidente electo, el congresista socialista Javier Díez Canseco, expresó que agentes económicos operaron para generar temor.
Mientras crecían reclamos de analistas y sectores políticos críticos de Humala para que éste informe quién será su ministro de Economía y quiénes ocuparán otros puestos clave, sus allegados que lo rodeaban en Los Delfines, en San Isidro, deslizaban que tenían prevista una primera reacción adversa de los mercados y que no iban a ceder a la presión.
En consecuencia, no se registraron las designaciones reclamadas, aunque se dieron nombres de quiénes encabezarán el equipo de transición. Díez Canseco admitió que la exdefensora del pueblo Beatriz Merino, allegada a Mario Vargas Llosa, es una probable candidata a ocupar la Jefatura de Gabinete, aunque otros referentes, como el vicepresidente electo Omar Chehade, defendieron ese cargo para alguien de máxima confianza de Humala.
Desconfianza
Por lo pronto, Merino, quien preside la Asociación de Administradoras de Fondos de Pensión, se había manifestado abiertamente en contra del programa de Pensión 65 prometido por el excomandante nacionalista, que consiste en un ingreso de 125 soles (u$s 45) para todos los mayores que no reciben jubilación.
Ayer quedó claro que los principales actores económicos desconfían de la letra de la última versión de la agenda de Humala, que se remite a gravar la explotación de recursos naturales, combatir la evasión y una expresión poco especificada sobre un papel más activo del Estado. Los economistas de Humala prometen no romper tratados de libre comercio, no tocar las administradoras de fondos de pensión, respetar la propiedad privada en un sentido amplio y las líneas centrales del modelo vigente desde hace 10 años.
Es probable que no tarden en surgir tensiones, dado que Humala, en lo ideológico, llega de la mano de sectores tradicionalmente antagónicos, como referentes de izquierda, otros de corte liberal que se acercaron de la mano de Mario Vargas Llosa y terceros valorados por los mercados, pero con mirada más social, arrimados por Alejandro Toledo.
Entre estos últimos se encuentra Kurt Borneo, calificado como «excelente» por analistas liberales. A futuro, se verá cómo congenia con el jefe de los equipos técnicos de Humala, el economista socialista Félix Jiménez, que redactó un primer programa para la primera vuelta calificado como «radical» por los críticos. En cualquier caso, ese plan «radical» fue votado por el 31,7% de los votantes de la primera vuelva, el 10 de abril, lo que representa otro margen con el que lidiará Humala a partir del 28 de julio.
A primera hora de ayer, la Oficina Nacional de Procesos Electorales publicó números con más del 90% del escrutinio que ratificaron la ventaja del exmilitar nacionalista de centroizquierda por el 51,4% contra el 48,6% de la conservadora Keiko Fujimori, en línea con lo que habían anticipado el domingo los conteos rápidos de las consultoras.
Ante esta realidad, la Bolsa sufrió la peor caída de su historia, con picos negativos de más del 20% en las cotizaciones mineras, y también se registró presión sobre la moneda local, el sol, que se devaluó el 1,16%.
La novedad política surgió con el tardío reconocimiento de la derrota por parte de Fujimori, quien se trasladó al hotel Los Delfines a felicitar al ganador. Ambos cerraron con un apretón de manos la campaña sucia que guió la segunda vuelta electoral.
Humala y su entorno más próximo mantuvieron durante gran parte del día un juego de silencios más que de palabras. Sólo hubo declaraciones genéricas para reducir el pánico, y uno de los principales referentes del presidente electo, el congresista socialista Javier Díez Canseco, expresó que agentes económicos operaron para generar temor.
Mientras crecían reclamos de analistas y sectores políticos críticos de Humala para que éste informe quién será su ministro de Economía y quiénes ocuparán otros puestos clave, sus allegados que lo rodeaban en Los Delfines, en San Isidro, deslizaban que tenían prevista una primera reacción adversa de los mercados y que no iban a ceder a la presión.
En consecuencia, no se registraron las designaciones reclamadas, aunque se dieron nombres de quiénes encabezarán el equipo de transición. Díez Canseco admitió que la exdefensora del pueblo Beatriz Merino, allegada a Mario Vargas Llosa, es una probable candidata a ocupar la Jefatura de Gabinete, aunque otros referentes, como el vicepresidente electo Omar Chehade, defendieron ese cargo para alguien de máxima confianza de Humala.
Desconfianza
Por lo pronto, Merino, quien preside la Asociación de Administradoras de Fondos de Pensión, se había manifestado abiertamente en contra del programa de Pensión 65 prometido por el excomandante nacionalista, que consiste en un ingreso de 125 soles (u$s 45) para todos los mayores que no reciben jubilación.
Ayer quedó claro que los principales actores económicos desconfían de la letra de la última versión de la agenda de Humala, que se remite a gravar la explotación de recursos naturales, combatir la evasión y una expresión poco especificada sobre un papel más activo del Estado. Los economistas de Humala prometen no romper tratados de libre comercio, no tocar las administradoras de fondos de pensión, respetar la propiedad privada en un sentido amplio y las líneas centrales del modelo vigente desde hace 10 años.
Es probable que no tarden en surgir tensiones, dado que Humala, en lo ideológico, llega de la mano de sectores tradicionalmente antagónicos, como referentes de izquierda, otros de corte liberal que se acercaron de la mano de Mario Vargas Llosa y terceros valorados por los mercados, pero con mirada más social, arrimados por Alejandro Toledo.
Entre estos últimos se encuentra Kurt Borneo, calificado como «excelente» por analistas liberales. A futuro, se verá cómo congenia con el jefe de los equipos técnicos de Humala, el economista socialista Félix Jiménez, que redactó un primer programa para la primera vuelta calificado como «radical» por los críticos. En cualquier caso, ese plan «radical» fue votado por el 31,7% de los votantes de la primera vuelva, el 10 de abril, lo que representa otro margen con el que lidiará Humala a partir del 28 de julio.
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