Ir al contenido principal

Milagro Sala y Leopoldo López, separados por 3.800 kilómetros

En las antípodas personales e ideológicas, ambos dirigentes padecen los abusos de sistemas judiciales que actúan por mandato del poder político


By 
Sebastián Lacunza
Editor-in-Chief

A Milagro Sala (San Salvador de Jujuy, 1964) y a Leopoldo López (Caracas, 1971) los separa, si no un mundo, al menos un continente. Ella se encuentra detenida en la cárcel de mujeres de Alto Comedero, en las afueras de la capital jujeña, a veinte cuadras del barrio de viviendas más emblemático construido por la organización que lidera, Túpac Amaru. El venezolano López, en cambio, está alojado en la prisión de Ramo Verde — una cárcel especial para políticos, militares y figuras públicas —, a unos 26 kilómetros del centro de Caracas y a más de 3.800 kilómetros de San Salvador de Jujuy.
La líder colla nació en el Bajo Azopardo de la capital de Jujuy, la provincia norteña con mayor porcentaje de población que se dice indígena (censo 2010). El reconocimiento de Sala en el revolucionario incaico Túpac Amaru, Eva Perón y el Che Guevara habla del campo ideológico en el que se mueve. Su territorio fue, primero, la lucha sindical, y luego, el activismo social, potenciado a partir de la devastadora crisis de 2001/2002.
El economista venezolano nació en una familia de larga tradición política y empresarial. Regresado a Caracas con posgrado en Harvard, López se volcó de lleno a la política para oponerse al chavismo. Fue un joven alcalde del pequeño municipio de El Chacao (ubicado en el Gran Caracas, 4,7 por ciento de pobreza según el censo 2011); apoyó el golpe de Estado de 2002 y, en los últimos años, lideró la facción de derecha de la amplia coalición opositora venezolana. López, frustrado candidato presidencial pero con gran potencial político, no acepta la permanencia del chavismo en el poder.
Sobre Sala pesa el cargo de “tumulto” e “instigación a cometer delitos” a raíz de un acampe en la plaza central de San Salvador para defender los fondos estatales que administran cooperativas y proyectos a su cargo.
Desde que el domingo pasado fue detenida, el gobierno jujeño de Gerardo Morales — un aliado de Mauricio Macri — recolecta acusaciones en contra de Sala por delitos como malversación de fondos públicos y asociación ilícita. Con la acusada tras las rejas, el poder político arma el expediente y los medios de comunicación afines dan aire a las “pruebas” filtradas por el gobernador. Las páginas más oscuras del país conocieron ese método oprobioso.
López fue condenado en septiembre pasado a más de trece años de prisión por llamar a manifestaciones que buscaban “la salida” del presidente Nicolás Maduro. Con focos de conflicto repartidos por varias ciudades de Venezuela, las protestas del primer semestre de 2014 terminaron con 43 muertos, tanto chavistas como antichavistas. Los cargos contra el diputado de Voluntad Popular, presentados por la Fiscalía y ratificados por la jueza Susana Barreiros, incluyeron instigación a cometer delitos, intimidación pública, incendio, homicidio y terrorismo. La magistrada trazó una línea directa entre las acciones violentas del 12 de febrero de 2014 y la convocatoria a “la salida” de Maduro enarbolada por López.
“El derecho de defensa de López estuvo en entredicho. El fiscal que lo acusó (Franklin Nieves) fugó luego a Estados Unidos y dijo que todo el proceso fue una barbaridad, que estuvo armado por el gobierno”, puntualiza desde Caracas Andrés Cañizales, docente de la Universidad Católica Andrés Bello. Según enumera, los abogados de López no tuvieron acceso a documentos del expediente, las audiencias no fueron públicas, se arribó a conclusiones arbitrarias a partir de pruebas inconexas y no se tuvo en cuenta la posibilidad de que infiltrados hubieran emprendido acciones violentas para enturbiar las protestas.
A ambos — López y Sala — los defiende Amnistía Internacional. A su tiempo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA recibió recursos de organizaciones locales e internacionales por lo que consideran sendas detenciones arbitrarias, amañadas por poderes judiciales sumisos al Ejecutivo, y cuyo fin es amedrentar a opositores.
Si Mauricio Macri sobreactuó su intento para condenar a Venezuela por la detención de López (al punto de generar un temprano entredicho con los socios del Mercosur no bien asumió en la Casa Rosada), nunca más pertinente la pregunta formulada en Davos por el periodista Alejandro Bercóvich, del diario BAE. El cronista consultó a Macri si la detención irregular de Sala podría colocar a la Argentina en el mismo lugar que a la Venezuela de Maduro a la hora de menoscabar la seguridad jurídica. El presidente argentino se fastidió y cortó el diálogo.
Macri estima que los procesos contra López y Sala son incomparables, porque el primero “no hizo nada malo” y la segunda “tiene varias causas en las que viola la ley”. El presidente se refiere a las denuncias de amedrentamiento y clientelismo atribuidos a la líder de la organización Túpac Amaru. La contracara de esos cargos — que no figuran en la causa que motivó la detención — es el hecho comprobable de que la organización liderada por Sala construyó barrios de viviendas, escuelas y centros comunitarios que bien haría en envidiar Macri, de pobre gestión en esos rubros durante los ocho años en que estuvo a cargo del gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
El problema que enfrenta Macri es que la legalidad de una detención no depende del juicio de un presidente sino del respeto de las garantías judiciales, como la atención a tipos penales precisos y comprobados (Sala está en la cárcel, básicamente, por ejercer el derecho constitucional de protestar en una plaza) y la independencia de poderes.
Sobran comentarios sobre el requisito de independencia si la ofensiva contra la líder de Túpac Amaru está encabezada por funcionarios judiciales designados por el gobernador Morales semanas atrás. En caso de que el expediente llegue al Tribunal Supremo provincial, al menos tres jueces deberían excusarse, porque los acaba de designar Morales y son dirigentes su partido (UCR) que, en su fase de políticos concluida en diciembre, no ahorraron declaraciones públicas contra Sala.
El 15 de diciembre pasado, mientras el gobernador de Jujuy organizaba a piacere el Tribunal Supremo, la Defensoría y el Ministerio Público, otorgando a cada amigo una silla, la Asamblea Nacional de Venezuela, en una de sus últimas jornadas con mayoría chavista, reformaba la Defensoría Pública general y designaba a la cabeza del organismo a Barreiros, la jueza que condenó a López. 

Entradas más populares de este blog

De Víctor Hugo a los relatores que insultan

Unos tipos con micrófono que insultan más que un hincha desbordado son presentados en las webs y en la tele como apasionados que causan gracia. Antes que ocurrentes espontáneos son, en realidad, violentos equiparables con barrabravas.  Es una paradoja que ello ocurra en el Río de la Plata, donde nacieron los mejores relatores de fútbol del mundo. Entre ellos, el mejor, Víctor Hugo.  El jugador sublime tuvo al relator sublime. Por su universo de palabras y sus tonos de voz, por sus creaciones artísticas; por su capacidad para leer la jugada y por la precisión de la narración. Casi no aparecen ahora los diálogos que VH presumía entre jugadores o con el árbitro, o el "que sea, que sea, que sea". Pervive el "ta ta ta" y el "no quieran saber".  Contemporáneos de Víctor Hugo, hubo y hay relatores brillantes (soy injusto y nombro seis: Juan Carlos Morales, José María Mansilla, José Gabriel Carbajal, el primer Walter Saavedra y el mejor relator argentino que esc...

El holandés, según Ivonne Bordelois

Entrevisté para Ámbito Premium a Ivonne Bordelois, en el marco de una serie de notas sobre "el habla de los argentinos". Como no es tan accesible en la web, acá la copio. Y como esto es un blog, una foto informal. Sebastián Lacunza Ivonne Bordelois, amante de las palabras, tuvo los diálogos más profundos y reveladores de su vida en una lengua cuyo recuerdo le causa hasta fastidio. En un momento crítico, no se metió en las profundidades de su inconsciente en español, el idioma de su vida; ni en el inglés con el que se había divertido años tomando cervezas con sus amigos negros en un suburbio de Boston; ni en el francés de su infancia, en un campo de la pampa bonaerense. Tampoco en italiano ni en portugués, lenguas casi propias para esta escritora que ha sacudido la conciencia del habla de los argentinos en la última década. En los comienzos de los ’90, con la jubilación a la vista al cabo de 13 años de dar clases en Utrecht, Holanda, Bordelois se encontró “sin rumbo”, an...

Orgullo y prejuicio del habla rioplatense

Sebastiàn Lacunza Resulta que en el extremo sur del mundo hay un extenso territorio poco poblado, y que antes de ser país fue, al menos durante un par de siglos, bastante ninguneado por el imperio. Que desde los preparativos de su independencia, gran parte de sus intelectuales y dirigentes creyeron tener alma francesa o inglesa, jamás española. Pero más tarde, ese país recibió una gringada inconmensurable, ante lo que otra elite buscó refugio de identidad en la antes despreciada España. Hay más. Ese extraño país negó sus rasgos indígenas hasta donde pudo y fue variando a lo largo de las décadas sus complejos en relación a Europa y, la novedad, Estados Unidos . A la hora de pintar su carácter, muchos coinciden en que esta tierra es, por un lado, bastante tilinga, y por el otro, alberga una creatividad explosiva, que juega y seduce con su habla. Por todo ello y mucho más es que la variante del español que se habla en Argentina adquiere particularidades tan distintivas en cuanto a su ento...