El 5 de enero de 2010, el encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en Asunción, Perry Holloway, emitió un cable diplomático dirigido a Washington con un detallado mapa mediático, como marco de un informe sobre la libertad de expresión en el país.
«Paraguay se caracteriza por un ambiente mediático libre y vibrante, con diarios, canales de TV y radios independientes».
Este párrafo, promisorio para cualquier democracia, con el que el representante estadounidense comienza la descripción del sistema de medios de Paraguay coincide con el redactado, por ejemplo, por su par de Chile en marzo de 2006, y contrasta con otras pinturas lúgubres, casi trágicas para la libertad de expresión, descriptas por las embajadas en Venezuela o Bolivia, de acuerdo con lo que reflejan los textos filtrados por la organización WikiLeaks.
Holloway también se permite algunas líneas críticas: «Los medios criticaron con frecuencia al Gobierno (de Fernando Lugo) y divulgaron con libertad los puntos de vista de la oposición, sin censura. Sin embargo, muchos medios reflejan intereses personales, comerciales o políticos, y los estándares éticos y profesionales son con frecuencia bajos». El despacho admite que, «en general, la información es incompleta» y «la comprobación fáctica no es rigurosa».
Como en toda América Latina, los principales medios paraguayos se concentran en pocas manos y forman parte de holdings con variados intereses, lo que queda reflejado en la precisa mención de la Embajada.
Con muchas dificultades, Lugo intentó formar una red estatal de comunicación, que era casi inexistente antes de su asunción. Allí incluyó un canal televisivo y la tradicional Radio Nacional. A su vez, fomentó emisoras comunitarias. Todos ellos formaron parte de los pocos medios que se opusieron a la destitución parlamentaria orquestada el viernes pasado por los partidos Colorado y Liberal Radical Auténtico, entre otros.
«Por ejemplo, tanto ABC Color como La Nación reflejan la visión conservadora de sus dueños», menciona Holloway en sus líneas escritas hace más de dos años. Editoriales de estos diarios asunceños publicaron durante la última semana opiniones como «el mundo tiene que saber que el pueblo paraguayo se hartó de las inconductas del presidente Fernando Lugo, de sus abusos, de su torpeza y de su patética falta de dotes para liderar la República», o «Fernando Lugo ni siquiera tuvo la delicadeza de asumir que los hechos que alentó constituyeron un error... Y como no piensa rectificar este rumbo, es necesario sacarlo del Gobierno». En cambio, en Últimas Noticias, segundo diario en ventas, se incluyeron artículos abiertamente críticos al quiebre institucional.
Con predominancia de periodistas de ABC Color, aunque también con presencia de otros medios como Última Hora, se formó hace unos años el Foro de Periodistas de Paraguay (Fopep), una de las ONG que suelen alimentar diversos informes sobre la libertad de expresión en el continente.
Los tres principales diarios de Asunción son ABC Color, Última Hora y La Nación, con tiradas que la Embajada ubica en 40.000, 22.000-25.000 y 8.000-10.000, respectivamente. Se suman los populares Popular (45.000) y Crónica (del grupo de La Nación). Una influencia indiscutible en la agenda pública le cabe a ABC Color, de la familia Zuccolillo-Moscarda. Este periódico, que se mostró ferozmente antichavista y también sufrió censura durante la dictadura de Alfredo Stroessner, fue el que filtró cables de WikiLeaks en Paraguay. El grupo también maneja negocios de consumo masivo, construcción, inmobiliaria, finanzas y soja. En diciembre de 2009, militantes luguistas de izquierda exhibieron carteles con la consigna «ABC miente».
Última Hora forma parte del holding de Antonio Vierci. Aunque la Embajada define a Última Hora como de «centroizquierda», a su propietario lo dibuja como «conservador» y firme admirador de Estados Unidos. El grupo posee supermercados, la licencia de Burger King, importadoras y diversas revistas de prensa rosa. También maneja el canal Telefuturo y dos radios.
La Nación, en tanto, es propiedad del político colorado Osvaldo Domínguez Dibb. Como ocurre en todo el continente, pero más aún en Bolivia y Honduras, en Paraguay se da el caso de que propietarios de medios de comunicación son además políticos influyentes. Domínguez Dibb también tiene en su cartera la Tabacalera Boquern y negocios inmobiliarios. El brazo mediático del grupo incluye a La Nación, Crónica, AM 970 y varias FM. Al contrario que Zuccolillo, los Domínguez Dibb tuvieron buena relación con Stroessner. La Embajada menciona el rumor de que Domínguez Dibb está involucrado en el tráfico de cigarrillos.
Los principales canales de TV son SNT (del mexicano Ángel González, que tiene unas quince emisoras en Latinoamérica, entre ellas Canal 9 de Buenos Aires), Telefuturo (de Vierci), El Trece (que posee Radio Cardinal) y Red Guaraní. El grupo argentino Clarín opera en Paraguay con Unicanal, la TV paga Cablevisión, Teledeportes, Fibertel y los derechos de transmisión del fútbol. Este año habría vendido sus activos a Milicom, según la prensa paraguaya.
Las radios más importantes son Ñandutí, Primero de Marzo, Cáritas (de la Universidad Católica), Cardinal y Uno.
Interlocutores políticos
| | El rol de los medios de comunicación en el proceso que finalizó con la destitución de Fernando Lugo como presidente de Paraguay es uno de los factores que resaltan con la movilización en torno al canal público de televisión, creado en diciembre de 2011, que implican una suerte de resistencia pasiva contra el nuevo presidente Federico Franco.
Sin embargo, el explícito apoyo al impeachment por parte de los principales medios comerciales, que funcionaron como parte de la oposición política en los tres años de Gobierno de Lugo, no ha tenido hasta ahora gran despliegue.
Una contribución para caracterizar esos medios la realizó la embajada estadounidense en Asunción. Según la embajada, el sistema de medios de Paraguay es «libre y vibrante» y tiene diarios, emisoras de radio y televisión «independientes», aunque, paradójicamente, también destaca que «sus estándares éticos y profesionales son generalmente bajos». Así se desprende de un cable fechado el 5 de enero de 2010 por la embajada y filtrado por la organización WikiLeaks.
La descripción que realiza el despacho diplomático, sin embargo, relativiza la robustez y la independencia atribuidas al sistema de medios paraguayo. El grado de concentración de los medios, la inexistencia (hasta 2010) de medios públicos, se relacionan con el hecho de que la cobertura noticiosa es, según la propia embajada estadounidense, teñida por intereses «personales, políticos o de negocios». «Por ejemplo -cita el despacho de la Embajada de Estados Unidos en Asunción-, ABC Color y La Nación reflejan perspectivas conservadoras», algo que se atribuye a sus dueños.
El dueño del principal diario, ABC Color, y uno de los principales hombres de negocios en Paraguay, Aldo «Acero» Zuccolillo Moscarda, visitó la Embajada de Estados Unidos. «Nos dijo que Lugo es un líder chávez-marxista y que desea asesinar a los medios independientes», cita el texto. | Como en el caso argentino, entonces, también en Paraguay empresarios mediáticos acudieron a la Embajada de EEUU no con afán periodístico sino como interlocutores políticos. |
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