Anoche, cuando salí del diario, a la 1, decenas de hinchas con la camiseta de Boca esperaban el colectivo, a unas veinte cuadras de la Bombonera. Eran, en su mayoría pibes jóvenes a quienes, intuyo, no les sobraba un mango. Mirada en el piso, resignada, lejos de cualquier desborde. Frustración era el nombre de su noche. Horas después habrán ido a laburar, casi sin dormir, en otro colectivo igualmente abarrotado. Desconozco si unos minutos antes habían celebrado al "fantasma de la B". Como parte de una multitud, hasta podrán haber insultado a un pibe de su edad que portaba la camiseta de River y apenas podía ver, afectado por el gas pimienta. Las primeras víctimas de la violencia del superclásico fueron los jugadores de River agredidos. Las víctimas más numerosas y de fondo son los hinchas humildes del fútbol argentino. Son víctimas de una mafia tan berreta como sistémica. Lo tóxico, como nunca, está en todo el sistema. El sistema lo componen gran parte de lo...
Notas de Sebastián Lacunza en medios de Argentina y otros países