Escribe Sebastián Lacunza
Faltaban días para que Mauricio Macri dejara la Casa Rosada y Martín Mura, ministro de Economía de la Ciudad de Buenos Aires, recibió un pedido especial de Darío Nieto, secretario privado del entonces presidente: el Banco Ciudad debía facilitarle un préstamo millonario a Vicentin, la agroexportadora en quiebra y generosa contribuyente de Cambiemos.
Mura derivó el pedido al Banco Ciudad y su directorio lo rechazó, a contramano del Banco Nación. En esos días de noviembre pasado, Vicentin y el principal banco argentino llevaban a cabo una carrera frenética para renovar créditos por cien millones de dólares, pese a que la empresa ya había colapsado y su riesgo crediticio excedía con creces las normas regulatorias.
Dos fuentes del Gobierno de la Ciudad ratificaron la existencia del pedido de la Casa Rosada a Mura. Una de ellas identificó a Nieto como origen de la solicitud, y la otra prefirió no especificar nombres.
Si el juez federal Julián Ercolini, en cuyo juzgado está radicada la causa por el fraude de Vicentin contra el Estado, cita al ministro de Economía de la Ciudad, éste podría argumentar que la empresa amiga de Macri fue tratada como un cliente más. De hecho, el Banco Ciudad rechazó el crédito. En el mismo acto, Mura dejaría asentado que Nieto hizo lobby para que le dieran un crédito fraudulento al principal aportante para la reelección de Macri. La hipótesis se volvió inquietante en momentos en que el expresidente reclama desde Suiza lealtades hacia "Daro", como conocen en el Pro al secretario.
Gustavo Sylvestre informó en C5N, hace tres semanas, sobre la existencia de un archivo en el celular de Nieto, fechado el 22 de noviembre, con el siguiente texto: "Hablá con Martín Mura por préstamo a Sergio Nardelli (entonces CEO de Vicentin, recientemente fallecido) por 10 palos. Que no lo lleven al directorio ni a la SIGEN porque lo van a complicar, que lo resuelvan por afuera". Esta semana, a instancias del fiscal Gerardo Pollicita, Ercolini pidió copia de la prueba hallada en el smartphone a su par de Lomas de Zamora Juan Pablo Augé, el juez que lleva adelante la causa por el espionaje ilegal a personas molestas para Macri, y que tiene a Nieto al borde del procesamiento.
Las fuentes del gobierno porteño aclararon que la alusión a la Sindicatura General no fue mencionada en el pedido a Mura, porque ese organismo de control sólo tiene jurisdicción nacional.
Los motivos del rechazo del préstamo del Ciudad a Vicentin son tan claros como la defraudación al Nación. Los “10 palos” (de dólares) solicitados por Nieto hubieran hecho que el crédito de Vicentin acumulara más de 3,5 por ciento del patrimonio neto del Banco Ciudad, límite establecido en su carta orgánica. Una fuente del directorio del banco porteño contrastó números: la deuda de la agroexportadora con el Ciudad suma 363,9 millones de pesos, 1,19 por ciento de la responsabilidad patrimonial computable (RPC) exigida por el Banco Central, mientras que los 19.284 millones de pesos que la agroexportadora debe al Nación representan 17,8 por ciento de la RPC del principal banco argentino.
Ercolini tiene en su juzgado la causa por el aparente fraude al Estado nacional. El Banco Ciudad estaría fuera de la órbita de los juzgados federales de Comodoro Py, pero Nieto era un funcionario de Casa Rosada y su solicitud a Mura sería una pieza clave que ratificaría que hubo una defraudación al Estado orquestada a ambos lados del mostrador.
A través de distintas empresas del grupo y de aportes individuales de sus dueños, Vicentin donó 27,5 millones de pesos en blanco a Cambiemos desde 2015, apenas un cinco por ciento de los "10 palos" que Nieto quería que el Banco Ciudad le diera a las apuradas.
En contadas apariciones en medios y redes sociales, el secretario de Macri se declaró víctima de acusaciones “absolutamente falsas e inventadas” y de “un ensañamiento político para hacernos parecer a todos lo mismo”. No reconoció como válidas las filtraciones que salieron de su celular, pero tampoco las desmintió del todo, como quien desconoce la dimensión de las pruebas que lo incriminan. Se sabe que Nieto borró whatsapps y anotaciones antes de que le incautaran el celular, acaso recuperables. En entrevista con Antonio Laje en América 24, su tono atemorizado y sus medias palabras dejaron más certezas que dudas.
De Nieto a Macri hay un paso. No bien el secretario fue allanado, la cúpula de Cambiemos (Macri, Bullrich, Pichetto, Rodríguez Larreta —llamativamente— y, un poco más tarde, Vidal) firmaron un documento
en respaldo a “la integridad moral de Darío”. Susana Martinengo, la excoordinadora de Documentación Presidencial que aparece por todos lados en los intercambios
con los espías del espionaje ilegal, no tuvo esa suerte. Macri creyó que podría frenar la
propagación del contagio y sus voceros dejaron saber que no la conocía. La
existencia de fotos en contrario no inhibió el argumento. Con Daro es distinto. Como bien razonó el leal secretario en su diálogo con Cristian Ritondo —según uno de los archivos borrados y recuperados—, "hace falta un relato y una historia coherente de todo".
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