Entrevistada para el ciclo Conversaciones de la web de LaNación, la argentina Marina Walker, vicepresidenta y brazo ejecutivo del
Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas
en inglés), consideró "imposible" ocultar información surgida de los
Panamá Papers.
"Cuando se trabaja con 109 medios
de comunicación de todos los extractos políticos y de todas las geografías, y
con 376 periodistas, es imposible; pongamos el ejemplo de que alguien quiera
ocultar a un primer ministro o a un empresario famoso, inmediatamente otro
medio lo sacaría".
No percibo el marco de transparencia
total del que presume ICIJ.
Opiné y reitero que los periodistas de
La Nación hicieron un trabajo exhaustivo y profesional para detectar lo que
había de noticiable en los Panamá Papers, y el diario, con el manejo de tiempo
y espacio que le pareció oportuno, publicó todo lo que tuvo.
En tapa o en un recuadro en página 18,
la información fue dada a conocer, y luego cada medio pudo ampliar según su
criterio. Así, La Nación quedó mejor posicionada que en SwissLeaks y WikiLeaks,
cuando la noción que aplicó sobre "transparencia informativa" resultó
más restrictiva. Escribí detalladamente sobre el proceso de divulgación de los
Panamá Papers en Filtraciones con filtro, publicada en
Anfibia.
En el caso de Argentina, el amplio
abanico "de todos los extractos políticos y geografías" al que
refiere Walker consistió en La Nación y el programa de Jorge Lanata en Canal
13. Ambos vehículos fueron elegidos a dedo por ICIJ. Más tarde, a raíz de la
polémica generada por el arbitrario criterio de selección, la lista fue
ampliada a periodistas de Página 12 y Clarín, sin que surgieran grandes
novedades hasta ahora.
Walker cita 109 medios de comunicación
con acceso a los Papers. Ya vimos que en Argentina fueron, en principio, sólo
dos. En rigor, uno, porque la periodista de Canal 13 trabajó en forma conjunta
con sus colegas de La Nación. No hubo competencia. En consecuencia, esta interesante nota con nombres de grandes empresarios con
sociedades en Panamá debió esperar dos semanas para ver la luz, bastante
más que otras revelaciones sobre celebridades y entramados políticos. El Grupo
Clarín desistió de tener la primicia o de darle mayor despliegue a tan valiosa
información (que una vez publicada, salió de la agenda).
Dice la responsable de ICIJ que si un
medio intenta ocultar un nombre interesante, otro lo divulgaría. No es ley. Si
La Nación hubiera decidido no publicar la información sobre Magnetto, Pérez
Companc o Fortabat, ¿alguno de los otros 107 medios (descartado Canal 13)
inicialmente seleccionados habría tenido el interés y la pericia de cruzar la
base de datos para dar a conocer apellidos desconocidos para sus
audiencias?
De hecho, Hugo Alconada Mon reveló que
al menos "dos diarios que integran el proyecto" de
ICIJ ocultaron a sus lectores que sus propietarios figuraban en los archivos de
Panamá. La gran diversidad a la que alude Walker no rompió ese cono del
silencio, sea por complicidad o por desinterés fuera de las fronteras de cada
mercado.
Para terminar:
- No bien surgió la filtración,
cuestioné ante ICIJ la arbitrariedad a la hora de elegir a sus partners. Una lista sesgada
(fue el caso) puede derivar en ocultamiento antes que en transparencia (no fue
el caso, en líneas generales). En periodismo, cuándo y cómo se publica una
noticia significa bastante.
- Es cierto que hay atajos para eludir
apagones informativos en este tipo de filtraciones, que suponen desafíos,
oportunidades y aprendizajes sobre la marcha. Tarde o temprano, por la presión
de organizaciones sociales, gobiernos y la opinión pública, las filtraciones
filtran, aunque sea por vías alternativas. Los megaleaks suelen
congregar condiciones de noticiabilidad irresistibles, por lo que no resulta
sencillo cajonear expedientes. Pasó con casi todas las divulgaciones masivas
conocidas hasta el momento, pero a pesar de — y no gracias a — tutelas sobre la
transparencia.
- En la habilidad de la conducción
política, la pluralidad abordada con complejidad y la no dependencia de fuentes
de financiamiento exclusivamente wasp se va la vida de las ONG
que promueven romper cercos informativos.