Tapa del viernes de ABC. |
Escribe
Sebastián Lacunza
Que el peronismo es más o menos lo mismo que el fascismo. QueCristina Fernández fue «terrorista» y que fue la militante dura que atrajo a Néstor Kirchner a Montoneros, una organización que llegó a controlar parte del país. QueMáximo Kirchner tiene un poder omnímodo en el Gobierno.
Hay también insultos. Cristina Kirchner es «ladrona», «pirata», «señora detrás del bótox». El desprecio se extiende implícita o explícitamente a los argentinos, descriptos como afectos a la holgazanería y presas fáciles de la demagogia más barata, sea por Malvinas o por YPF.
Los mencionados clichés, presunciones, simplificaciones ahistóricas y disparates, que demuestran la recurrencia a fuentes de baja calidad, se esparcieron por la prensa española a raíz del forcejeo entre el Gobierno argentino y Repsol. Se trata de opiniones extremas, pero no marginales. Fueron vertidas en diarios, webs y radios de alta difusión e influencia, la mayoría (no todos) afines al gobernante Partido Popular.
La tentación de explicar la «decadencia del país rico» a partir del peronismo-fascismo saqueador es uno de los lugares comunes preferidos en los análisis de los argentinólogos.
«¿Cómo es posible que mantengamos vigentes las demagogias de un peronismo -y Perón fue un ladrón, como los demás-, que ha arruinado a todos?», se preguntó el viernes el columnista Alfonso Ussía en el diario La Razón, cuarto en ventas en Madrid. Para el articulista, Montoneros tuvo «dominio urbano y rural» del país antes de la dictadura.
Quien rompe habitualmente el insultómetro es Federico Jiménez Losantos, antiguo conductor de la mañana de la popular radio Cope (de la Iglesia Católica) y hoy dueño de su propia emisora, Es Radio: «Los peronistas son un peligro público y privado. Perón hizo su Partido Justicialista a imagen y semejanza del partido fascista deBenito Mussolini», espetó en su programa el mismo viernes. Para el adjunto de la dirección de ABC Ramón Pérez, «Argentina lleva retrocediendo desde que Perón nacionalizó los ferrocarriles el 1 de marzo de 1948», pero «la deriva populista de Cristina supera -con mucho- a la» de mítico líder.
Las palabras más ácidas de Jiménez Losantos, quien también es columnista de El Mundo, fueron para la Presidenta, quien «tiene esa cosa indigentista que cultivan los montoneros. Hay que recordar que esta señora fue la que captó a su difunto marido para la causa criminal». Otro párrafo: «Esa señora detrás de un bótox, la jefa de la banda. Montonera ella, militante de la extrema izquierda terrorista de los años 70; lo peor de lo peor».
Herman Terstsch, en ABC (tercer diario en ventas en la capital), dio por ciertas las versiones más osadas sobre el dominio de La Cámpora: «Cuentan que pululan por pasillos y despachos jovencitos amigos del hijo que quitan la palabra a los ministros, enmiendan a los expertos y humillan a los funcionarios. Dicen que por allí mandan sin control estos jóvenes prepotentes y voraces de poder y dinero. Pero también los cínicos y corruptos personajes de la eterna izquierda montonera, protegida de don Néstor».
Su colega Salvador Sostres reconoció en El Mundo (segundo en ventas) que, ante el episodio YPF, «no se puede escribir sin insultar». Lo hizo: «Cristina se suma a una larga lista de ladrones que la han precedido en su cargo. Es lo único que saben hacer y lo único que han hecho durante siglos los políticos argentinos: robar. Ser unos ladrones y robar». Tan enojado como Sostres se mostró el difundido sitio Periodista Digital, que exhibió un video anónimo que circula por internet con el título «Kirchner ladrones».
«Máximo 2015» es una presunción asombrosa que ha ganado terreno en el exterior. En La Gaceta (quinto en ventas en Madrid) la contó Evangeline OReagan, en un perfil de «el hijísimo; el peor de los Kirchner»: «La nueva fiebre nacionalista tiene nombre y apellidos: Máximo Kirchner Fernández. Muchos analistas le apuntan como responsable del viraje izquierdista y nacionalista de la Casa Rosada. Unos movimientos que podrían afianzar el kirchnerismo y abrirle camino de cara a las presidenciales de 2015».
Resultó curioso que Periodista Digital, para ilustrar «el expolio» (mismo término que utilizara el socialdemócrata El País), remitiera a otra de ABC sobre «La decadencia del imperio Kirchner» del 27 de julio de 2009, cuyo primer párrafo decía: «El crepúsculo de los Kirchner es inexorable. La decadencia del imperio organizado por el matrimonio que lleva en la Presidencia de Argentina desde mayo del 2003 ha comenzado una carrera imparable».
Hay también insultos. Cristina Kirchner es «ladrona», «pirata», «señora detrás del bótox». El desprecio se extiende implícita o explícitamente a los argentinos, descriptos como afectos a la holgazanería y presas fáciles de la demagogia más barata, sea por Malvinas o por YPF.
Los mencionados clichés, presunciones, simplificaciones ahistóricas y disparates, que demuestran la recurrencia a fuentes de baja calidad, se esparcieron por la prensa española a raíz del forcejeo entre el Gobierno argentino y Repsol. Se trata de opiniones extremas, pero no marginales. Fueron vertidas en diarios, webs y radios de alta difusión e influencia, la mayoría (no todos) afines al gobernante Partido Popular.
La tentación de explicar la «decadencia del país rico» a partir del peronismo-fascismo saqueador es uno de los lugares comunes preferidos en los análisis de los argentinólogos.
«¿Cómo es posible que mantengamos vigentes las demagogias de un peronismo -y Perón fue un ladrón, como los demás-, que ha arruinado a todos?», se preguntó el viernes el columnista Alfonso Ussía en el diario La Razón, cuarto en ventas en Madrid. Para el articulista, Montoneros tuvo «dominio urbano y rural» del país antes de la dictadura.
Quien rompe habitualmente el insultómetro es Federico Jiménez Losantos, antiguo conductor de la mañana de la popular radio Cope (de la Iglesia Católica) y hoy dueño de su propia emisora, Es Radio: «Los peronistas son un peligro público y privado. Perón hizo su Partido Justicialista a imagen y semejanza del partido fascista deBenito Mussolini», espetó en su programa el mismo viernes. Para el adjunto de la dirección de ABC Ramón Pérez, «Argentina lleva retrocediendo desde que Perón nacionalizó los ferrocarriles el 1 de marzo de 1948», pero «la deriva populista de Cristina supera -con mucho- a la» de mítico líder.
Las palabras más ácidas de Jiménez Losantos, quien también es columnista de El Mundo, fueron para la Presidenta, quien «tiene esa cosa indigentista que cultivan los montoneros. Hay que recordar que esta señora fue la que captó a su difunto marido para la causa criminal». Otro párrafo: «Esa señora detrás de un bótox, la jefa de la banda. Montonera ella, militante de la extrema izquierda terrorista de los años 70; lo peor de lo peor».
Herman Terstsch, en ABC (tercer diario en ventas en la capital), dio por ciertas las versiones más osadas sobre el dominio de La Cámpora: «Cuentan que pululan por pasillos y despachos jovencitos amigos del hijo que quitan la palabra a los ministros, enmiendan a los expertos y humillan a los funcionarios. Dicen que por allí mandan sin control estos jóvenes prepotentes y voraces de poder y dinero. Pero también los cínicos y corruptos personajes de la eterna izquierda montonera, protegida de don Néstor».
Su colega Salvador Sostres reconoció en El Mundo (segundo en ventas) que, ante el episodio YPF, «no se puede escribir sin insultar». Lo hizo: «Cristina se suma a una larga lista de ladrones que la han precedido en su cargo. Es lo único que saben hacer y lo único que han hecho durante siglos los políticos argentinos: robar. Ser unos ladrones y robar». Tan enojado como Sostres se mostró el difundido sitio Periodista Digital, que exhibió un video anónimo que circula por internet con el título «Kirchner ladrones».
«Máximo 2015» es una presunción asombrosa que ha ganado terreno en el exterior. En La Gaceta (quinto en ventas en Madrid) la contó Evangeline OReagan, en un perfil de «el hijísimo; el peor de los Kirchner»: «La nueva fiebre nacionalista tiene nombre y apellidos: Máximo Kirchner Fernández. Muchos analistas le apuntan como responsable del viraje izquierdista y nacionalista de la Casa Rosada. Unos movimientos que podrían afianzar el kirchnerismo y abrirle camino de cara a las presidenciales de 2015».
Resultó curioso que Periodista Digital, para ilustrar «el expolio» (mismo término que utilizara el socialdemócrata El País), remitiera a otra de ABC sobre «La decadencia del imperio Kirchner» del 27 de julio de 2009, cuyo primer párrafo decía: «El crepúsculo de los Kirchner es inexorable. La decadencia del imperio organizado por el matrimonio que lleva en la Presidencia de Argentina desde mayo del 2003 ha comenzado una carrera imparable».
Comentarios
Publicar un comentario