Por: Cristian Ortega cortega@elsoldiario.com.ar
¿Cómo surgió la idea de utilizar lo publicado por Wikileaks y la relación entre los medios y los gobierno latinoamericanos? ¿Había mucho material? ¿Qué les llamó la atención?
Martín Becerra: Porque consideramos que la relacion entre gobiernos y empresas periodisticas de la region atraviesa una nueva e inedita etapa, con la ruptura de algunos pactos previos y la escenificacion publica de conflictos. El material que hallamos fue abundante en los casos de países con gobiernos menos afines a EEUU, y tambien en el caso de los grandes regionales, como Brasil y México.
Sebastián Lacunza: Al mismo tiempo que veíamos textos interesantes que no lograban espacio en los medios, nos dimos cuenta de que a partir de los cables se podía reconstruir una trama compleja de la época a la que se refiere Martín, y que no siempre es abordada en sus diferentes matices. En el caso de Venezuela, en algunos momentos críticos, había hasta dos cables largos por día referidos a la relación de Chávez con los medios. Sólo los textos originados en América Latina son más de 30.000, y en 5 por ciento de ellos continen algún aspecto relacionado al debate sobre los medios, por decir un porcentaje estimativo.
Mucha importancia se le dio a los cables secretos, pero ¿realmente eran importante, o se quedaban en la anécdota?
M.B.: Creemos que el material que ofrecen los cables es fundamental para comprender la política en la America Latina en los primeros años del siglo XXI. Es cierto que algunos cables son anecdóticos, pero otros revelan secretos y tendencias importantes sobre gobiernos y grupos mediaticos.
¿Cómo está esctructurado el libro?
S.L.: En cinco partes que nos ordenaron el trabajo y creemos que ordenan la lectura. Una introducción más analítica que contiene también la descripción de cómo fue entregando WikiLeaks sus cables a medios latinoamericanos. La parte II se refiere a Argentina, que por el tipo de vínculo con EEUU, su dimensión económica y la ley de medios, adquiere características singulares. Luego, los países con grado cero de conflicto con Washington: Chile, Perú y Colombia. La parte III es sobre los más confrontativos (Ecuador, Venezuela y Bolivia). Incluimos allí a Honduras, por la trama del golpe de Estado del 2009. Y por último, las ligas mayores: Brasil y México, el botín más apetecible para la industria norteamericana.
¿En qué país está más complicada la relación medios-gobierno?
S.L.: En los países a los que Washington ve sin muchos matices estructurados en torno al chavismo. Es allí cuando algunas embajadas desatienden un análisis más lúcido, se embarran más. Allí la lógica es amigo-enemigo, aunque por supuesto hay diferencias en el abordaje del Departamento de Estado, e incluso variaciones a lo largo del tiempo. En el caso de Rafael Correa, hay unos cuantos cables que asumen la postura crítica del presidente ecuatoriano con el sistema de medios.
¿Los negocios satélites de los medios, que no tienen que ver con el periodismo, cómo incluyen en sus líneas editoriales y en la relación con los gobiernos?
M.B.: Esos negocios, en la fase de concentracion conglomeral de los principales grupos de medios, son en muchos casos una variable para explicar y comprender la linea editorial y el posicionamiento, las alianzas y enfrentamientos de los medios con los gobiernos. Hoy resulta cándido pretender hablar de medios si se ignora su escala económica. Es preciso matizar que no se trata de todos los casos.
¿Qué peso tienen entidades como la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa) o Adepa (Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas) en el lobby de los medios respecto a negocios relacionados?
M.B.: Bueno, SIP y Adepa son asociaciones patronales y reflejan la posicion de sus socios. Toda discusion sobre la regulacion de los medios es percibida por ellos como ataque a la libertad de expresion. Es interesante, como plantea el libro, que hasta la Embajada de EEUU descree de la autenticidad de esa posicion patronal.
S.L: Eso se ve muy claramente en el dossier argentino, donde hay cables muy reveladores.También es cierto que, a veces, aunque el Departamento de Estado descrea de la posición empresarial, si es necesario, toma a los grandes holdings como aliados. En el caso de México, ocurre todo lo contrario. Otro capítulo, especialmente en Venezuela, Bolivia y Ecuador, es el de las ONG que enarbolan la bandera de la libertad de expresión. El plan que traza el embajador en Venezuela para las ONG locales es muy esclarecedor.
¿Qué grandes nombres del mundo periodístico aparecen en el dossier argentino? ¿Cómo son citados?
S.L.: Aparece gran parte de los que manejan el negocio mediático, funcionarios, estrellas y editores muy conocidos. Se van a quejar, piden ayuda, se critican entre sí, hacen lobby. Y el embajador Earl Anthony Wayne, te diría que no le cree del todo a ninguno.
¿Cómo surgió la idea de utilizar lo publicado por Wikileaks y la relación entre los medios y los gobierno latinoamericanos? ¿Había mucho material? ¿Qué les llamó la atención?
Martín Becerra: Porque consideramos que la relacion entre gobiernos y empresas periodisticas de la region atraviesa una nueva e inedita etapa, con la ruptura de algunos pactos previos y la escenificacion publica de conflictos. El material que hallamos fue abundante en los casos de países con gobiernos menos afines a EEUU, y tambien en el caso de los grandes regionales, como Brasil y México.
Sebastián Lacunza: Al mismo tiempo que veíamos textos interesantes que no lograban espacio en los medios, nos dimos cuenta de que a partir de los cables se podía reconstruir una trama compleja de la época a la que se refiere Martín, y que no siempre es abordada en sus diferentes matices. En el caso de Venezuela, en algunos momentos críticos, había hasta dos cables largos por día referidos a la relación de Chávez con los medios. Sólo los textos originados en América Latina son más de 30.000, y en 5 por ciento de ellos continen algún aspecto relacionado al debate sobre los medios, por decir un porcentaje estimativo.
Mucha importancia se le dio a los cables secretos, pero ¿realmente eran importante, o se quedaban en la anécdota?
M.B.: Creemos que el material que ofrecen los cables es fundamental para comprender la política en la America Latina en los primeros años del siglo XXI. Es cierto que algunos cables son anecdóticos, pero otros revelan secretos y tendencias importantes sobre gobiernos y grupos mediaticos.
¿Cómo está esctructurado el libro?
S.L.: En cinco partes que nos ordenaron el trabajo y creemos que ordenan la lectura. Una introducción más analítica que contiene también la descripción de cómo fue entregando WikiLeaks sus cables a medios latinoamericanos. La parte II se refiere a Argentina, que por el tipo de vínculo con EEUU, su dimensión económica y la ley de medios, adquiere características singulares. Luego, los países con grado cero de conflicto con Washington: Chile, Perú y Colombia. La parte III es sobre los más confrontativos (Ecuador, Venezuela y Bolivia). Incluimos allí a Honduras, por la trama del golpe de Estado del 2009. Y por último, las ligas mayores: Brasil y México, el botín más apetecible para la industria norteamericana.
¿En qué país está más complicada la relación medios-gobierno?
S.L.: En los países a los que Washington ve sin muchos matices estructurados en torno al chavismo. Es allí cuando algunas embajadas desatienden un análisis más lúcido, se embarran más. Allí la lógica es amigo-enemigo, aunque por supuesto hay diferencias en el abordaje del Departamento de Estado, e incluso variaciones a lo largo del tiempo. En el caso de Rafael Correa, hay unos cuantos cables que asumen la postura crítica del presidente ecuatoriano con el sistema de medios.
¿Los negocios satélites de los medios, que no tienen que ver con el periodismo, cómo incluyen en sus líneas editoriales y en la relación con los gobiernos?
M.B.: Esos negocios, en la fase de concentracion conglomeral de los principales grupos de medios, son en muchos casos una variable para explicar y comprender la linea editorial y el posicionamiento, las alianzas y enfrentamientos de los medios con los gobiernos. Hoy resulta cándido pretender hablar de medios si se ignora su escala económica. Es preciso matizar que no se trata de todos los casos.
¿Qué peso tienen entidades como la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa) o Adepa (Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas) en el lobby de los medios respecto a negocios relacionados?
M.B.: Bueno, SIP y Adepa son asociaciones patronales y reflejan la posicion de sus socios. Toda discusion sobre la regulacion de los medios es percibida por ellos como ataque a la libertad de expresion. Es interesante, como plantea el libro, que hasta la Embajada de EEUU descree de la autenticidad de esa posicion patronal.
S.L: Eso se ve muy claramente en el dossier argentino, donde hay cables muy reveladores.También es cierto que, a veces, aunque el Departamento de Estado descrea de la posición empresarial, si es necesario, toma a los grandes holdings como aliados. En el caso de México, ocurre todo lo contrario. Otro capítulo, especialmente en Venezuela, Bolivia y Ecuador, es el de las ONG que enarbolan la bandera de la libertad de expresión. El plan que traza el embajador en Venezuela para las ONG locales es muy esclarecedor.
¿Qué grandes nombres del mundo periodístico aparecen en el dossier argentino? ¿Cómo son citados?
S.L.: Aparece gran parte de los que manejan el negocio mediático, funcionarios, estrellas y editores muy conocidos. Se van a quejar, piden ayuda, se critican entre sí, hacen lobby. Y el embajador Earl Anthony Wayne, te diría que no le cree del todo a ninguno.
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