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Marco Enríque-Ominami: “Chile se ahorra el problema de educar”


Por: Sebastián Lacunza 

Político que desestabilizó en 2009 dos décadas de bipartidismo en Chile, Marco Enríquez-Ominami volverá a intentar llegar a La Moneda el próximo 17 de noviembre (el 15 de diciembre sería el balotaje) bajo el sello Pro, que alude a Progresistas de Chile y tiene poco o nada que ver con la Propuesta Republicana de Mauricio Macri. Se viene Michelle Bachelet, crujen las alianzas a derecha y centroizquierda, y Enríquez-Ominami, todavía sub-40 y con un escenario cuesta arriba, muestra su juego ante Viernes en un café de Recoleta.

Viernes: Sebastián Piñera y la centroderecha sienten que se los valora injustamente, porque parte de los problemas que les estallaron durante su Gobierno (educación, cárceles, agua, jubilaciones) fueron, a su juicio, herencia de la Concertación y, en especial, de Michelle Bachelet, hoy candidata. Usted, que pertenece a la centroizquierda y rivaliza con la Concertación, ¿comparte el argumento?

Marco Enríquez-Ominami: 
Puede ser, probablemente, pero quien pensó el debate de manera innecesaria, quien traumatizó el debate en Chile es la derecha. Cuarenta mil secundarios repitieron en 2012, perdieron el año por las marchas, y lo hicieron a conciencia, por convicción. Y ellos no recibieron más que agresiones del Gobierno de Piñera. Yo creo que la Concertación de Bachelet no tiene cuenta corriente para interpelar a nadie sobre educación pública. Pero eso no salva tampoco a Piñera. Fue él quien dijo y repitió que la educación es un bien de consumo y no un derecho. Ésta es una diferencia ontológica. 

P.: Más allá de las diferencias de convicción, los números indican que Chile retomó el crecimiento el año pasado y este año parece acelerarse. Incluso hay estadísticas que dicen que bajó la desigualdad. 

M.E.-O.: Bajó unas décimas, nada. Es un sistema muy perverso, se hace privatizando la vida, cuidando la demanda y no la oferta, matando a la escuela pública. En todo el orden de cosas: las ciudades, el cobre, el uso del suelo, la educación, los bancos... Yo te podría demostrar paso a paso cómo todo está hecho para aumentar la desigualdad. Porque ellos parten de la base de que sólo la competencia hace prósperos a los países. No me peleo con los datos pero sigo creyendo que este Gobierno (2010-2014), igual que el anterior (2006-2010, Bachelet), no cambia el rumbo. 

V.: El sistema privatizado de la salud y la educación no impide que Chile sea el país con mejor índice de Desarrollo Humano de América Latina, por encima de la Argentina, que está segundo.

M.E.-O.:
 Sí, es como cuando comparan Argentina y Chile: '¡Mira, la economía argentina!'. Claro, pero Chile no educa a su hijo. Chile es acreedor neto a nivel mundial, no tiene deuda porque, claro, no educa. Se ahorra el problema de educar y tiene un gasto menos. Todo esto es la base de muchos mitos. Tú me quieres decir que Chile es un país del cual estar orgulloso: por supuesto. Y al mismo tiempo es el país más clasista que yo conozco, donde el ancho de banda es muy grande, donde no existe el multiculturalismo, La comparación como recurso político es muy perversa. La discusión es otra. Una sociedad que, porque nos va bien, tenemos la oportunidad de cambiar las cosas. La Concertación nos dijo durante veinte años que en la abundancia hay que cambiar las reglas. Llegó Piñera y trató de cambiarlas. Lo hizo de acuerdo con su convicción, con sus métodos, no me sorprende; que la Concertación no lo haga por miedo a la derecha sí me irrita. Ésta es la pesadilla progresista. Tú construyes en ruptura con dos verdades que están protegidas por un sistema político, pero no debes transformarte en un tipo que da toda una entrevista negativa. 

V.: ¿Está de acuerdo con el acceso gratuito universal a la universidad pública? 

M.E.-O.: Sí. Yo digo exactamente lo contrario de lo que dice Bachelet, que dice que quiere la oferta gratuita pero para algunos. Yo creo en el derecho universal garantizado, gratuidad para todos: ricos y pobres. Lo que no tengo problema es en que exista la oferta privada, regulada. El problema es que la oferta pública no es sólo un tema de plata, es un tema de reglas. En Chile hay tres tipos de educación: está la educación pública, la privada, y la Concertación inventó o fortaleció un tercer modelo; que los privados puedan educar recibiendo subvención pública por alumno. Este tercer modelo educa con 240 dólares, elige a los alumnos y le deja al sistema fiscal todos los problemáticos. Esto es una locura y además es clasista. Por tanto, en 2008, cuando yo era diputado, la pelea con Bachelet fue ésta: nosotros decíamos que había que prohibir el derecho de subvencionar a alumnos elegidos hasta el final de la carrera. Y la Concertación dijo que no. Esto es un problema republicano: si un colegio católico quiere ayudar a educar con plata pública, que se someta a reglas públicas; entre otras, el Estado laico. Te puedo dar el ejemplo de un empresario con cuarenta colegios, que lucra con esto y que no quiere recibir alumnos difíciles. 

V.: Bachelet hizo en su Gobierno un cambio para que más personas puedan acceder al crédito para pagarse la universidad. En consecuencia, se potenció el negocio de las universidades privadas...

M.E.-O.:
 No sólo eso, lo mismo con las jubilaciones. Lo que se creó es un pilar solidario que era importante pero muy menor. Se armó un sistema conocido por lo injusto, que no da reparto, en el que a 800 mil trabajadores autónomos se los mete en el sistema previsional actual, que es un sistema que ya se reconoce como un fracaso. 

V.: ¿Propone volver a la jubilación estatal?

M.E.-O.:
 No, son cinco medidas, es más complicado. Yo creo en un sistema mixto de reparto al inicio y opcional de capitalización individual. Después, hay una cuestión muy técnica respecto del monto en las comisiones que te cobran. Tercero: que corra responsabilidad; si se equivoca la AFP, mitad y mitad. Cuarto: que los cotizantes entren a la industria, que podamos tener un voto en las decisiones. Cinco: limitar la discusión donde se invierta la cartera de todos nosotros. 

V: Tiene que competir por un electorado al que tiene mucha llegada Bachelet, bajo cuyo Gobierno usted se fue de la Concertación ¿Cómo lo va a hacer? 

M.E.-O.: Tuve diferencias. Déjame darte un ejemplo ético: la aplicación de la ley antiterrorista contra los mapuches. No una vez, cinco. No fue un error esporádico. Quiero decir algo: yo no tengo problema con ella, no me cae mal. 

V.: ¿Tiene trato con Bachelet?

M.E.-O.:
 Fui diputado con ella, en ese tiempo sí nos hablábamos; hoy no nos hablamos. 

V.: ¿Ella le manifestaba estima?

M.E.-O.:
 Sí. La prensa inventó un término, indomables. Con un grupo de diputados nos hicimos muy conocidos por estos temas. Votábamos en contra en algunas leyes muy de fondo. Ella era muy astuta y nosotros también. Nunca la criticábamos directamente, peleábamos con sus ministros, con su partido pero con ella no. Le preguntaban por los diputados rebeldes y ella... mucha sonrisa. Hemos sido siempre muy respetuosos. 

V.: Propone, por lo menos, mayor presencia estatal en las jubilaciones, fútbol para todos, matrimonio homosexual con derecho a adopción, ley de medios. Le falta proponer falsear el índice de inflación y ya es kirchnerista.

M.E.-O.: 
No, yo propongo, por ejemplo, disminuir el presidencialismo, no fortalecerlo. Estoy en contra del presidencialismo, no creo en la figura presidencial latinoamericana. Quizás mi mayor distancia con algunos liderazgos sudamericanos es la concentración de poder. Creo todo lo contrario: que menos poder es más poder. Chile no tiene federalismo. 

V.: En el caso de Venezuela, la ausencia del líder personalista le costó al chavismo una porción del electorado. Eso tiene una lectura sobre los defectos del personalismo pero también sobre su necesidad en ciertos procesos.

M.E.-O.:
 Es la contradicción de las izquierdas. Todas, en sus discursos, creen en las democracias participativas. Pero cuando llegan al poder dicen, 'para lograr mis promesas necesito mucho poder, entonces no entrego poder'. Eso le pasó a François Miterrand en Francia. Anunció que cuando llegara a ser presidente iba a reducir el presidencialismo. Y cuando llegó lo único que hizo fue fortalecer el presidencialismo. Yo aspiro -para ustedes es normal y para nosotros no- a eliminar la idea de los gobernadores designados (Chile es un país unitario, no hay elección de gobernadores). 

V.: ¿Por qué cree que Bachelet logra salvar su figura, según las encuestas, cuando la Concertación sigue hundida? 

M.E.-O.:
 Tengo una respuesta que es temeraria. Creo que Piñera está mal evaluado y hay un efecto espejo: mientras más Piñera baja, más sube ella. Ella va a seguir capitalizando el rechazo a Piñera. Ahora, la elección no es sobre Piñera, es otro escenario... 

V.: En 2009 usted le tenía que quitar electorado a Eduardo Frei, se podría decir la centroderecha de la Concertación, un expresidente con problemas de imagen en su base electoral, con la Concertación muy desgastada. Ahora pasó un período complicado de derecha, y la candidata de centroizquierda, Bachelet, es mucho más carismática que Frei. ¿Su candidatura está en problemas?

M.E.-O.: 
Complemento el análisis estando de acuerdo en todo, no discuto nada pero agrego. La derecha la vez pasada podía prometer cambios, hoy día no los puede prometer. Yo no tenía partido, no había recorrido Chile, no había publicado la cantidad de libros que hoy sí, no estaba tan preparado. Hay voto voluntario. Hay mucha más oportunidad hoy día. A esta altura del año 2009 tenía treinta puntos de distancia con Eduardo Frei. Hoy tenemos 35. Bachelet anunció la misma agenda que yo: educación, tributos, Constitución.

V.: Falta el matrimonio igualitario que usted propone...

M.E.-O.: 
No, ya se pronunció en contra. Quiere unión civil.

V.: Raro.

M.E.-O.: 
Raro, pero eso dice mucho.

V.: Pero parece que a Bachelet le creen cuando propone la agenda que comparte con usted.

M.E.-O.: 
Ésa es otra discusión. Mi desafío es explicar que no hay forma humana de que ella implemente lo que está diciendo. Además de que no anuncia mucho y de que, por lo demás, mi pelea no es con ella sino con la derecha. Y a la derecha le vamos a ganar.

V.: Si ella le aplica la misma estrategia que le aplicaba a usted cuando era diputado, no confrontando, sonriendo con el rebelde, con estilo maternal, le puede ir muy bien.

M.E.-O.: 
No, hay una diferencia. Es un escenario complejo, ella probablemente use la estrategia que tú dices. Pero esta vez está acompañada, y esa compañía fueron los mismos que a mí me han echado. Deben explicarte a ti por qué en cuatro años va a hacer todo lo que no hizo en veinte años. Que explique cómo lo va a hacer, con un precio del cobre que se está debilitando y una economía tormentosa. En su plan de Gobierno está anunciando lo mismo que hizo antes. Ha dicho tres titulares: no al lucro en la educación, no quiere decir qué modelo educativo; una nueva Constitución, no quiere decir cambiar la que tenemos; reforma tributaria, no quiere decir crear más impuestos. Todavía estamos en los titulares y hay que entrar a la cancha.

V.: Usted hoy en día tiene un discurso más ideologizado que en 2009. Con una sociedad como la chilena... ¿ello no lo puede complicar?

M.E.-O.:
 Puede ser, pero somos más. Hoy en día hay un grupo, hay un partido.

V.: ¿No pagó caro en su momento cierta labilidad ideológica?

M.E.-O.: 
Creo que al revés. Nosotros en 2009 ganamos en algunas cosas. Hoy día hay once candidatos. Hay seis que recorren exactamente el mismo camino que yo: la ruptura, el independiente, el antisistema.

V.: Desde la Concertación, incluso altos dirigentes como Eduardo Frei, Ricardo Lagos o Michelle Bachelet, se han quejado de ser discriminados por los medios, a los que acusan de estar alineados con la derecha.

M.E.-O.:
 La mayoría de los medios apoyan a la derecha pero la Concertación también tiene.

V.: ¿Qué tiene la Concertación?

M.E.-O.:
 La radio más escuchada, Cooperativa. Yo detesto a los políticos que lloran y que acusan censura, me dan vergüenza ajena. Yo soy hombre de medios, por lo tanto conozco el tema de oferta y demanda. Sé que hay ideología en el editor pero también sé que hay mucha artesanía en el periodismo. La inteligencia siempre convoca y si eres inteligente puedes entrar en un medio. No existe la idea de que todos los periodistas son todos nazis, el editor es nazi y el dueño es nazi. También conozco la psicología: sé que en la demanda ustedes los periodistas tienen un hambre de conflicto que es hiperconocido.

V.: Con el tema ley de medios de la Argentina, usted en su momento manifestó acuerdo.

M.E.-O.:
 Noté la convicción que había en cuanto al derecho del Estado a cambiar las reglas. Lo defendí, incluso.

V.: A la luz del tiempo transcurrido... ¿cómo ve la estrategia de Cristina con Clarín?

M.E-O.:
 No he seguido los últimos pasos. Me quedé con la conflictividad. n

@sebalacunza



BIO

SANTIAGO, 12 de junio de 1973



Estudios: 
primario y secundario en muchos liceos y colegios. Expulsado de uno. Filósofo de la Universidad de Chile y Cine en la Escuela Femis de París.



Rutina informativa: radio Bìo Bìo. TVN Chile, TV5 de Francia. Le Monde, decenas de portales de noticias.



El estilo de Rafael Correa o el de Pepe Mujica: ambos.



Película chilena preferida entre Violeta se fue a los cielos, No y Sexo con amor: Sexo con amor. 



¿Buenos Aires o Madrid?: Buenos Aires.

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