Escribe Sebastián Lacunza Un papa jesuita que se llama Francisco, en honor al poverello di Assisi. Es Jorge Bergoglio, el seminarista que abandonó el clero regular para ingresar a la Compañía de Jesús tras una enfermedad que le costó un pulmón a fines de los cincuenta; el destacado sacerdote que fue superior de la provincia Argentina entre 1973 y 1979; el influyente guía de la Universidad del Salvador; el rector del Colegio Máximo de San Miguel en la primera mitad de los ochenta; el doctorando de St. George, cerca de Fráncfort; el religioso recluido en Córdoba. Hasta aquí, hasta su regreso a Flores como obispo auxiliar en 1992, un jesuita de pura cepa. No sólo por las posiciones que le deparó el camino, sino también por la personalidad y la prelatura forjadas. Perfil bajo, vocación educativa, vida ascética, la salvacion y perfección de las ánimas propias... y ayudar a la salvacion y perfección de los prójimos. Y algo más típ...
Notas de Sebastián Lacunza en medios de Argentina y otros países