Creo que no hay en Latinoamérica un país en el que la prensa gráfica sea tan abiertamente oficialista como en Colombia, excluyendo de esta consideración, no científica pero sí fundada, a América Central, donde puede haber casos similares que no conozco, y específicamente a Cuba, que sólo tiene prensa de Estado.
Es cierto que Chile tiene dos actores dominantes en la prensa gráfica muy identificados con el ideario y los orígenes que inspiran a la alianza de Piñera, pero allí la situación es nueva, hay que ver cómo decanta. Hasta donde conozco, el sesgo y la concentración de la prensa gráfica de Santiago no se extiende en la misma magnitud al mercado audiovisual.
Ello no quiere decir que en Colombia no se puedan leer o escuchar críticas severas al ciclo Uribe en medios que no disimulan su oficialismo. En general, los rótulos ayudan poco si se los toma como totalizadores, y ésa no es la pretensión de este post.
Basta de palabras y veamos un repaso de la opinión editorial de los diarios colombianos sobre la asunción de Santos, y tratemos de pensar si esto sería imaginable en otro país latinoamericano.
El Tiempo, de Bogotá, propiedad de la familia Santos, a la que pertenece el actual mandatario, y del grupo editorial español Planeta, indicó en su editorial La hora de Colombia: «El nuevo mandatario estableció de una vez las prioridades de una administración que es recibida por los colombianos con una mezcla de optimismo y esperanza. Tal sensación fue refrendada al cabo de un completo discurso de 40 páginas, abundante en planteamientos y propuestas que dejan claro que la Casa de Nariño ylos destinos de la nación han quedado en buenas manos». El histórico El Espectador, que volvió a ser diario en 2008, tras siete años como semanario, tuvo una visión más matizada: «Podría ser ocasión hoy para hacer un balance de los ocho años de Gobierno de Álvaro Uribe, que ayer (por el sábado) llegaron a su fin, tanto para celebrar el indiscutible cumplimiento del mandato de autoridad que recibió de los colombianos en dos ocasiones y el corolario que la recuperación de la seguridad trajo consigo en términos de inversión y crecimiento económico, como para debatir los discretos avances en la reducción de la desigualdad, el desempleo, la corrupción o la violación de los derechos humanos». El periódico de Medellín El Colombiano, influyente sobre todo en Antioquia, cuna política de Uribe, reflexionó: «El despertar de esperanza que nos trajo Álvaro Uribe en sus ocho años de Gobierno encuentra en Santos ese nuevo día que nos prometió para que Colombia pueda alcanzar su prosperidad». En otra gran ciudad colombiana, Cali, se edita El País, y el columnista destacado de ayer, Luis Guillermo Restrepo, escribió «La herencia de Uribe». «... y mientras Venezuela, el Ecuador y otros más caían en el populismo de izquierda, en Colombia ganaba espacio el reclamo por libertad y orden en la voz de un político cuya capacidad de comunicación y de servicio hacía posible lo imposible. Y después derrotó al pesimismo, devolviéndole la fortaleza y fijándole un norte a la Fuerza Pública, llevándola a alcanzar los éxitos más resonantes de su historia. Como también derrotó la maraña de acusaciones que en el contexto internacional hacían de Colombia una nación paria cuyos ciudadanos eran sindicados por el sólo hecho de portar el pasaporte café... Ha sido grave su pelea con la Corte Suprema, o su manera de pasar por encima de cualquier cosa que se opusiera a sus designios, llevando al país al límite cuando se empeñó en su segunda reelección. Todo eso no alcanza a borrar lo que Uribe hizo por este país, por sus libertades». El departamento Norte de Santander es uno de los limítrofes con Venezuela, y se convulsiona cuando renace la retórica bélica entre ambos países. El diario La Opinión de Cúcuta (capital con más de 700.000 habitantes) elogió de la siguiente manera: «No obstante las afinidades políticas de Uribe y Santos, y sus comunes convicciones enfocadas a la lucha contra el terrorismo y los grupos armados ilegales, cada cual tiene su propio talante y un estilo diferente... Sin que en modo alguno se demerite la obra de Gobierno de Álvaro Uribe, se ha recibido a Santos con renovadas esperanzas». «Buen viento y buena mar» deseó José Gregorio Hernández, destacado columnista de diarios regionales, entre ellos El Universal, de Cartagena: «Los pasos previos del jefe del Estado han sido firmes y prudentes. Ha conformado un equipo de colaboradores verdaderamente brillante, en el que se refleja la voluntad presidencial de llevar a los cargos a quienes presentan una trayectoria y unas aptitudes relacionadas con la tarea que se les encomienda, y no por simple compadrazgo o por compromiso político».
Comentarios
Publicar un comentario