Ir al contenido principal

La derechización de los medios hegemónicos

 EDICIÓN MARZO 2021 | N°261 - Le Monde Diplomatique

UNA TRANSFORMACIÓN SOCIAL, CULTURAL Y DE AUDIENCIAS

El tratamiento mediático que recibió la propuesta de vacunación realizada a Beatriz Sarlo en el marco de una campaña pública de concientización confirma que los medios tradicionales se han radicalizado al punto de perder toda relación con la realidad. Si hace dos décadas, cuando nació, Radio 10 se destacaba por su programación de derecha, hoy ese espíritu –y sus protagonistas– se han mudado a los medios hegemónicos.

Por Sebastián Lacunza*
Franco Fasoli, Ludovico Daniel y sus tardes de placer, 2020 (Gentileza del artista)

Lunes 4 de enero de 1999: Radio 10 relanza su programación. Daniel Hadad y sus socios Marcelo Tinelli, Raúl Fernández y el exjuez Oscar Salvi llevan un año a cargo de la emisora adjudicada por Carlos Menem en el dial AM 710, frecuencia ocupada las siete décadas previas por Radio Municipal. Tras una primera programación desenfocada, Hadad lee el mercado, mejora la antena, y piensa una artística y un eje editorial. Da en la tecla. Él mismo ocupa la primera mañana, seguido por Oscar González Oro, Rolo Villar y Eduardo Feinmann. Se sumarían un tiempo después Marcelo Longobardi, Baby Etchecopar, Chiche Gelblung y Jorge Jacobson. Un imperio, Clarín, es tomado con la guardia baja y, pocos meses después del relanzamiento, Radio 10, “donde está la gente”, “la más potente del país”, desplaza a Mitre del primer puesto en el rating de las emisoras generalistas.

En la mirada de los programadores de Radio 10 de entonces, el dial del último año de Menem en la Casa Rosada estaba volcado del centro hacia la izquierda, lo que indicaba un espacio vacante que podría no ser mayoritario en la población de Buenos Aires, pero sí suficiente como para liderar la audiencia. Descripción discutible del escenario si se tiene en cuenta que las emisoras líderes de entonces estaban en manos de Clarín (ciertamente, en su tramo más antimenemista), el hombre de negocios Raúl Moneta, Alejandro Romay y el allegado al Coti Nosiglia Luis Cetrá. De todas formas, algo había, porque el ascenso de Radio 10 fue meteórico a caballo de una artística cuidada al extremo y de un discurso antiinmigrantes, despectivo de la lucha por los derechos humanos, celebratorio de ejecuciones a manos de policías bajo la consigna “uno menos” y defensor de un liberalismo económico exacerbado. Una tapa de la revista La Primera, perteneciente a Hadad, del 4 de abril de 2000, dejó estampado el posicionamiento bajo el título “La invasión silenciosa”, y la bajada “los extranjeros ilegales ya son más de 2 millones… usan hospitales y escuelas, algunos delinquen para no ser deportados”. La imagen de esa portada fue una foto de un adolescente moreno a quien, se supo luego, los editores le borraron un diente y le pusieron el obelisco detrás mediante photoshop.

El establishment periodístico no le extendió la alfombra roja al éxito de Hadad. Menem estaba en retirada y la Alianza UCR-Frepaso tomaba la delantera para coronar el sueño “progresista” de buena parte del gremio periodístico. Hasta la internacional Socialista armó una cumbre en Buenos Aires en la que Fernando de la Rúa fue orador. Una veintena de periodistas famosos —de Santo Biasatti a James Neilson, de Mariano Grondona a Horacio Verbitsky, de Claudia Acuña a Jorge Lanata— se habían agrupado en una ONG desde la que disparaban críticas hacia todo lo que tuviera aroma a menemismo. El sello se dio por nombre Periodistas y le cerró la pueta a los protagonistas de Radio 10. “Éramos parias”, recuerda uno de ellos.

La Argentina entró en los años turbulentos de los años de la convertibilidad y el holding de Hadad, al que el siempre mordaz Jorge Lanata denominaba “multimierda”, apostó a la resurrección de Menem o de cualquier opción de derecha dura, incluso cuando las ciudades argentinas se llenaban de asambleas barriales contra la casta política. En los albores del kirchnerismo, periodistas que dos décadas más tarde se transformarían en entusiastas partidarios de Mauricio Macri pujaban en la pantalla televisiva de aquellos años para aclarar que ellos no tenían nada que ver con Hadad. Lanata, siempre mordaz, se refería al holding armado en torno a Radio 10 como “multimierda”.

Los tiempos cambiaron y los nombres, el discurso y la estética de la era Hadad en Radio 10 hoy anegan el dial de la radio y los canales de noticias, y penetraron en el corazón de las redacciones de los medios hegemónicos.

Durante la primera década del siglo, Clarín ensayó diversas fórmulas para que su radio dejara de perder por el doble de rating frente a Radio 10. Resultaron infructuosas, hasta que la empresa que conduce Héctor Magnetto decidió comprar el pase de algunas de sus figuras. Fueron pasando Chiche Gelblung, Marcelo Polino y otros. En 2013, Mitre aprovechó una crisis por la toma de Radio 10 por parte de Indalo —conglomerado afín al kirchnerismo—y dio el golpe de gracia al contratar a Marcelo Longobardi. Un win-win. La emisora de Clarín pasó a liderar la audiencia por una diferencia abismal sobre el resto y el conductor de la primera mañana de Radio Mitre dejó de ser definitivamente un nombre recelado por sellos como Periodistas o su sucedánea Foro de Periodismo Argentino. Hoy, Longobardi pelea palmo a palmo con Carlos Pagni (que viró en 2010 de Ámbito Financiero La Nación) en las encuestas anuales sobre prestigio e influencia que organiza Poliarquía entre los “líderes de opinión”. La primera tarde de Mitre también quedó al mando hace años de la conductora María Esther Sánchez, proveniente del mundo Hadad.

“Escucho a Lanata en Radio Mitre, con sus modos, su agenda y sus chistes, y creo que es asimilable a aquella programación de Radio 10”, dice el protagonista que conoció la emisora en los años de su explosión de rating y pide reserva de identidad.

Más allá de los medios de Clarín, los periodistas que celebraban “uno menos” hace veinte años, hoy más desinhibidos, ocupan espacios centrales en el multimedios América, de Daniel Vila y el dueño de Swiss Medical, Claudio Belocopitt, y, hasta hace poco, en emisoras de Indalo, pese a su inocultable oficialismo. En 2020, la histórica Radio Rivadavia logró salir de dos décadas de ostracismo gracias al lanzamiento de una programación compuesta por figuras que pasaron por Radio 10 o de similar sintonía. Sin embargo, el sitio por excelencia al cual acudir para conocer los insultos y agravios machistas, racistas y negacionistas de las estrellas del éxito de aquella Radio 10 es, desde hace años, la web de La Nación. Allí aparecen omnipresentes fragmentos de las ofensas proferidas por esas figuras en sus shows radiales y televisivos como notas que, evidentemente, aportan clicks. Este año, el multimedios de la familia Saguier, ícono de la prensa conservadora on record, dejó toda circunspección de lado y decidió dejar de tomar prestados esos fragmentos de otros medios: estructuró la programación del canal LN+ sobre figuras y discursos con condimentos de lo que hoy se define alt right y que Hadad potenció con identidad argentina a principios de siglo.

La fuente vinculada a aquella Radio 10 reconoce “semillas” de lo sembrado en el mainstream mediático actual y desliza con ironía, en alusión a los tradicionales editoriales de La Nación. “Decían cosas peores que nosotros con estilo más elegante”. 

Paula Canelo, autora de ¿Cambiamos? La batalla cultural por el sentido común de los argentinos , apunta que el avance los discursos discriminatorios en los medios obedece a un proceso de tres décadas anclado en tres aspectos. El avance de la individualización, una preferencia creciente hacia vivir en sociedades desiguales y la derechización cualitativa y cuantitativa de los habitantes. “Los medios se adaptaron muy bien a esa situación y, al mismo tiempo, la producen. No se puede hablar de variables independientes de proceso en el conjunto de la sociedad”, indicó la socióloga (UBA) y doctora en Ciencias Sociales (Flacso). El trazo que menciona Canelo no se acaba en aquellas “manifestaciones políticas y gubernamentales donde se dan con claridad, como el e apoyo a la dictadura, el menemismo y el macrismo, sino que atraviesan otros períodos”. “El kirchnerismo también contuvo y en algún punto provocó la profundización de estos cambios”, agregó.

La Radio 10 de Hadad se esmeró en alimentar su vínculo con los taxistas, a quienes premiaba con concursos, les regalaba banderitas y a quienes se solían dirigir sus conductores al aire. En parte de ese gremio caló hondo el discurso contra los delincuentes, “los políticos son todos chorros”, “los bolivianos vienen a atenderse a los hospitales públicos”. Las conclusiones eran disparadas como lanzas en los viajes ante pasajeros que en algún caso manifestaban estupefacción y en otros, acuerdo. Pasaron años hasta que Mauricio Macri definiera al peronismo como “el partido de los que no trabajan”, y que su asesor Jaime Durán Barba describiera la base electoral de Cristina Fernández de Kirchner como aquellos “vinculados a la economía informal, (que) producen o venden mercaderías con marcas falsificadas, viven de subsidios, o es parte del millón de personas vinculadas al narcomenudeo en la Ciudad y en la Provincia”. Mediante esas alusiones, el asesor y el asesorado buscaban votos, algo impensado en su obscenidad incluso en los tiempos en que Radio 10 rompía el rating radial.

“Todas estas derechas tienen una gran habilidad y una forma de construir discurso vinculada con la reproducción de creencias profundas y más bien primitivas. El odio, el miedo, la referencia a catástrofes y a grandes escisiones sociales se ven muy claramente en metáforas organicistas de Menemy las ideas bíblicas de (Elisa) Carrió”, analiza Canelo.

Las puertas del palacio se abrieron hace años para Hadad. El sitio en el que concentró su atención, Infobae, maneja una agenda económica liberal, una clara orientación de centroderecha y una cobertura internacional que no parece incomodarse con el apodo que le puso Verbitsky, Infoemba. Sin embargo, una evidente apertura a puntos de vista y, a veces, una agenda informativa de vertientes diferentes no sólo distancia a Infobae de la Radio 10 de 2000 sino también de sus principales competidores, Clarín.com LaNacion.com.ar, a los que aventaja en prestigio simbólico y en usuarios únicos.

La paradoja es que mientras los hombres de Radio 10 y aquel discurso extremista pueblan el ecosistema mediático, su presencia en Infobae es moderada y no protagónica. Daniel Hadad define un marco editorial de su medio que parece no cuajar con la programación de la emisora que dirigió. “Hay elementos insoslayables para un medio de comunicación. Primero, el patriarcado se cae a pedazos y no puede haber una programación que no sea conducida por mujeres al menos en la mitad”, dice Hadad a Le Monde Diplomatique, sin especificar una crítica a la programación de Radio Rivadavia, América 24 y LN+ hegemonizada por sus antiguos contratados, todos hombres.

Completa Hadad: “Luego, los derechos humanos, sin distinciones. La Argentina vivió una catástrofe de violación a los derechos humanos, no hay vuelta atrás sobre esa mirada, y hoy esos mismos principios deben regir para Venezuela, China o Rusia, que son países que gestionan el capitalismo en forma autoritaria. Y en tercer lugar, la agenda del cambio climático. No se puede ir contra el planeta, punto, y eso debe ser prioritario”.

En un tiempo en que predominan, en palabras de Canelo, “las creencias sobre las ideas”, Hadad apuesta a lo que entiende por “pluralidad”. Dos décadas atrás, el empresario periodístico marchó contra la corriente y ganó. Desde una posición distinta, porque hoy Periodistas, si existiera, lo invitaría a formar parte, trata de que su medio no sea percibido como uno más de la manada.

* Periodista, exdirector del Buenos Aires Herald


Comentarios

Entradas más populares de este blog

De Víctor Hugo a los relatores que insultan

Unos tipos con micrófono que insultan más que un hincha desbordado son presentados en las webs y en la tele como apasionados que causan gracia. Antes que ocurrentes espontáneos son, en realidad, violentos equiparables con barrabravas.  Es una paradoja que ello ocurra en el Río de la Plata, donde nacieron los mejores relatores de fútbol del mundo. Entre ellos, el mejor, Víctor Hugo.  El jugador sublime tuvo al relator sublime. Por su universo de palabras y sus tonos de voz, por sus creaciones artísticas; por su capacidad para leer la jugada y por la precisión de la narración. Casi no aparecen ahora los diálogos que VH presumía entre jugadores o con el árbitro, o el "que sea, que sea, que sea". Pervive el "ta ta ta" y el "no quieran saber".  Contemporáneos de Víctor Hugo, hubo y hay relatores brillantes (soy injusto y nombro seis: Juan Carlos Morales, José María Mansilla, José Gabriel Carbajal, el primer Walter Saavedra y el mejor relator argentino que esc

Solicitud de derecho a réplica en Radio Nacional

SOLICITUD DE DERECHO A RÉPLICA Buenos Aires, 24 de noviembre de 2016. At.  Ana Gerschenson Directora de Radio Nacional Cc: Jorge Sigal Secretario de Medios Públicos de la Nación De mi consideración,  Me dirijo a usted para solicitar derecho a réplica en relación a menciones falsas y agraviantes sobre mí que tuvieron lugar en el programa “Va de Vuelta”, que conduce Román Lejtman y tiene como columnista a Silvia Mercado. El 4 de noviembre, se registró el siguiente diálogo:  Román Lejtman:  ¿Lacunza presidía Fopea? Silvia Mercado : No, Lacunza era el director ejecutivo hace mucho. RL:  Ah, pero no está más. ¿Fue el que enterró el Buenos Aires Herald? SM:  Sí, fue el que enterró el Buenos Aires Herald, en efecto. Después se arrepintió y dejó Fopea (2010). RL:  ¿Se arrepintió Fopea de haberlo puesto de presidente? SM:  Nunca fue presidente. Era director ejecutivo. Después lo reemplazó un gran director ejecutivo. RL:  ¿Pero este Lacunza no está más?

Wiki Media Leaks