Un cable de WikiLeaks revela que el candidato del Frente Renovador consideraba a la ley de medios como un legado clave de los Kirchner
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Sebastián Lacunza
Editor-in-Chief
@sebalacunza
Finalmente,
el lunes por la noche y hasta la madrugada del martes fue el momento, tan
postergado, en que los aliados de Sergio Massa pudieron ser escuchados por su
líder. En un hotel de Bella Vista, noroeste del conurbano bonaerense, hubo
espacio para inéditos cuestionamientos por haber confiado en “traidores”,
reclamos de una estrategia menos marketinera y un reproche amargo del propio
Massa revestido bajo la forma de autocrítica. Asistentes a ese encuentro
filtraron que el candidato presidencial del Frente Renovador, ya
avanzada la madrugada del martes, se cuestionó haber caído en la “ingenuidad”
de confiar en “las promesas de apoyo de grupos empresariales”, los mismos "poderosos" que
por esas horas y desde hacía semanas lo presionaban para "sacarlo de la cancha" en beneficio del conservador Mauricio Macri. Si Massa fue ingenuo
resulta algo debatible, pero la interpretación general, de acuerdo a asistentes
a esa cita de catársis e incertidumbre, es que un destinatario estelar
del reclamo era el Grupo Clarín, el principal multimedios de Argentina. “No
hizo falta ponerle nombre”, graficó un massista.
La
relación del exintendente de Tigre con Clarín reconoce idas y vueltas, aunque
la confianza plena no aparezca en el recorrido. Fue Massa, en tanto jefe de
Gabinete, quien presentó el proyecto de ley de comunicación
audiovisual en el Teatro Argentino de La Plata (que generó una tenaz resistencia del Grupo Clarín), allá por marzo de 2009.
El
indudable talento de Massa para reinventar su perfil y las necesidades
políticas le allanaron el camino para que Clarín olvidara aquel discurso. Ya en
2012, con Massa recluido en Tigre, el multimedios no lo trataba con el mismo
rigor que al resto de la dirigencia kirchnerista, y un año más tarde, en
ocasión de las elecciones legislativas, el Frente Renovador se transformaría en
la mayor esperanza de los aspirantes a acabar con el ciclo kirchnerita. En
palabras de opositores como Margarita Stolibzer, el apoyo de Clarín a Massa en
2013 fue algo “como nunca se ha visto”, mientras que Elisa Carrió describió
semanas atrás la, a su entender, desmedida generosidad del principal diario de
la Argentina, así como La Nación. Probablemente Massa no era el candidato ideal
para Clarín, dada la evidente vocación del multimedios de lograr un cambio más
radical en el gobierno que el expresado por la innovadora “tercera vía” del
Frente Renovador, pero la necesidad, con un Mauricio Macri más errático que el
actual, tiene cara de hereje.
Ya en la
vereda opositora, Massa se transformó en un crítico de las políticas
comunicacion del gobierno. Sobre la ley de medios, en un diálogo con el Herald
en 2014, prefirió no cuestionar sus bases pero la consideró desactualizada e
inútil por no tratar la convergencia con las telefónicas. Meses más
tarde, el Gobierno sancionaría la ley Argentina Digital, que complementaría — a
su modo — la norma sobre servicios de comunicación audiovisual sancionada en
2009. Sin el argumento de la desactualización, en los últimos meses el
postulante renovador se enfocó en el uso de la publicidad oficial por parte de
CFK y de Macri, y cuestionó a un gobierno “autoritario”.
WikiLeaks
vuelve a brindar una pauta sobre el verdadero pensamiento de Sergio Massa
acerca del mercado de medios de la Argentina. Fechado en diciembre
de 2009, un cable confidencial hasta hoy inédito lleva por título “¿Las
libertades de los medios bajo ataque?”, enviado a Washington por la entonces
embajadora Vilma Socorro Martínez. El texto critica que la “ofensiva del
gobierno contra los medios está dañando su imagen en el exterior”, a la vez que
elogia la despenalización de calumnias e injurias y hace una evaluación entre
neutra y positiva sobre la ley de servicios de comunicación audiovisual. El
siguiente párrafo del cable diplomático revela parte de la opinión de la
Embajada de Estados Unidos y del propio Sergio Massa (el paréntesis es del
original).
“El Gobierno argentino se abstuvo de ataques más
obvios y pesados contra la libertad de prensa. Los periodistas no son
encarcelados, los diarios no son cerrados, no hay censura gubernamental sobre
los medios y los argentinos disfrutan de un acceso a Internet sin
restricciones. Los principales medios argentinos continúan vapuleando al
Gobierno diariamente y desde diversos ángulos. Más aún, algunas medidas del
gobierno sobre los medios pueden ser defendidas con diferentes fundamentos. El
exjefe de Gabinete Sergio Massa, si bien es un crítico (en privado) del
Ejecutivo de Kirchner, nos dijo que la ley de medios será ‘la única cosa buena
que deja este gobierno’, reflejando una amplia preocupación en la clase
política por el poder de los conglomerados mediáticos, especialmente Clarín”.
Corresponde poner en contexto. El Gobierno de CFK había perdido las elecciones de medio término en junio (que significaron al abrupta salida de Massa como jefe de Gabinete) y estaba tratando de retomar la iniciativa con medidas como la ley de medios. Diez días antes del cable diplomático citado, el 20 de noviembre, la embajadora Martínez había enviado aquel famoso texto en el que narraba una serie de encuentros con dirigentes políticos.
Alberto Fernández (un hombre más abiertamente cercano a Clarín que Massa) vaticinó por entonces que una
eventual candidatura de Cristina Kirchner a la reelección causaba “alarma y
desesperación”, y que a ésta sólo le quedaría apelar a la izquierda, “pero en
este país la izquierda no puede elegir un presidente”. El exjefe de Gabinete y
antecesor de Massa, que había dejado el puesto en 2008, tras el conflicto con
los productores agropecuarios, pronosticó ante la Embajada que si Néstor
Kirchner era el candidato, sacaría no más de 20 por ciento de los votos. Néstor moriría diez meses más tarde y CFK sería reelecta en 2011 con 54 por ciento de los votos.
Mientras Fernández anticipó que Julio Cobos sería
electo presidente en 2011, Massa dijo que el ganador sería Carlos
Reutemann y él se postularía a la gobernación de Buenos Aires. Las palabras de
Massa habían sido tomadas por la embajadora Martínez en una cena en la casa del
empresario y exasesor Jorge O’Reilly, una fuente “protect” para la delegación
estadounidense.
Fue en ese encuentro en el que el entonces
intendente de Tigre calificó a Néstor Kirchner como “un psicópata”, “un
monstruo”, “un perverso” y “un cobarde”. El encono del intendente de Tigre era
contra el expresidente. En cambio, evaluó que Cristina, “sumisa”, “sería mucho
mejor sin Néstor que lo que es con él”. En la cena, Malena se dio cuenta del
tenor de las palabras de su marido e intentó llamarlo a silencio, pero éste,
según la embajadora Martínez, la cortó en seco: “Dejá de hacerme caras”.
Foto de Perfil