- Sostener que la firma de un tratado constituye un plan criminal es un absurdo desde el punto de vista jurídico. Si la firma de este acuerdo internacional pudiera ser entendida (con cierto esfuerzo e imaginación) como una ayuda material a los prófugos de la “causa AMIA”, tentada o ya consumada, esa acción igualmente no constituiría delito porque recaería dentro de la competencia constitucional no justiciable del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo Nacional.
- Véase que la conformación de una “Comisión de la Verdad” y la notificación a Interpol de la celebración del acuerdo internacional están escritas en el mismo acuerdo, totalmente a la vista, y fueron ratificados por el Congreso de la Nación. Es decir, nuestros legisladores, en el ejercicio de su potestad constitucional, dispusieron esas cláusulas. No queda resquicio alguno para operaciones encubiertas o la realización de móviles ocultos, porque está todo a la vista.
- Si el acuerdo (entre Argentina e Irán) dice que su celebración se notificará a Interpol, ello podrá o no tener alguna incidencia en este organismo ... Además, ello no tendría ninguna influencia en el trámite de la causa bajo la potestad de un juez argentino.
- Carece de relevancia típica si una de las razones del acuerdo fue el restablecimiento o intensificación de las relaciones comerciales o de otro tipo con la República Islámica de Irán.
- La “Comisión de la Verdad” no tiene facultades jurisdiccionales, ni incidencia en la causa, más allá de una opinión que el juez puede considerar, por lo que no tiene ningún sentido argumentar sobre la base de que sus conclusiones estarían pre-arregladas para generar una hipótesis falsa.
- De conformidad con el principio de legalidad y los de reserva y lesividad (arts. 18 y 19 CN), nuestra ley exige que lo que se denuncie e investigue sean hechos que constituyan delitos y no cualquier hecho de la vida.
- Como se ve, no es posible avanzar en las propuestas procesales de prueba de algunos hechos de la denuncia, porque tales hechos no configuran delito.
Escribe Sebastián Lacunza Las 12 / Pagina 12 No sólo los cambios en el sistema de jubilaciones hicieron evidente que las vidas de las mujeres están devaluadas, también los modos de la represión exhibieron la crueldad de la misoginia. Maniatada en el piso, rodeada por diez policías, una mujer gritaba con todas sus fuerzas: “Vení a decirme en la cara lo que me dijiste. Vos, hijo de puta, decímelo acá”. Ubicado a pocos metros, un policía tensaba la sonrisa y desviaba la mirada. Eran las 16.40 del lunes. Mientras los diputados retomaban la sesión para recortar aumentos en las jubilaciones, la anatomía del instante en el cruce de Avenida de Mayo y Sáenz Peña proveía un cuadro renacentista. Sobre una esquina, unas seis mujeres del Proyecto Comunidad denunciaban, entre llantos, que habían sido golpeadas y se habían llevado a todos los hombres y a dos compañeras del grupo. Por el centro de la avenida, policías trasladaban detenidos hacia el interior de la plaza y, a media cuadra, un ...